Aunque ya ha pasado algo más de un mes desde que realizamos la cena del grupo no ha habido ocasión para hablar de ello por aquí.
Hacía ya tiempo que no nos juntabamos alrededor de una mesa. El caso es que nos juntamos en buen número en el Restaurante O´Barquiño. No obstante, hubo varias bajas que se hicieron notar. Allí estuvimos probablemente hasta que cerraron, porque al salir no me pareció ver a mucha gente además de nosotros. Acabamos la noche de copas por la zona de Huertas.
Os dejamos unas fotillos de aquella noche por gentileza de Ayby.
viernes, 31 de diciembre de 2010
lunes, 27 de diciembre de 2010
Tubos de Cabezas de Hierro
Aprovechando las últimas nevadas y con la sana intención de expulsar de nuestros cuerpos el exceso de cochinillos, corderos, pavos, mariscos y turrones varios; Maranta, David, Marcos Jesús y un servidor decidimos acercarnos por la zona del puerto de Cotos para ver que se podía hacer. Aunque en un principio nuestra intención era intentar alguna canal por Peñalara, a la vista de que esa misma idea se le había ocurrido a unos cuantos miles de madrileños más, decidimos cambiar de planes y acercarnos a los tubos de Cabezas de Hierro que, aunque para algunos ya era la enésima ocasión que los subíamos, de nuevo nos dejaron un estupendo sabor de boca.
Con nieve blanda hasta las rodillas en el largo tramo de aproximación, por fin conseguimos llegar hasta la entrada a los tubos donde ya andaban trajinando unos cuantos fanáticos de la escalda en hielo y otros cuantos del mixto y que, por los arreones que le metían al hielo, hacían que la zona pareciera más una cantera de granito que un tranquilo paraje montañero.
Ambientados con tan alegre soniquete nosotros seguimos a lo nuestro y continuamos tubo arriba disfrutando como enanos con tramos de nieve blanda, otros de nieve compacta en la que no entraba más que la punta del crampón y otros tramos de hielo, duros como la roca, en los que Jesús y yo pudimos, por fin, mellar un poco las puntas de nuestros relucientes piolets nuevos.
Con los gemelos bien trabajados y, por fin con un poco de solecillo que nos calentara las carnes, llegamos a la cima de Cabezas donde el espectacular tiempo que nos acompañó durante todo el día permitió que hiciéramos una paradita para comer algo y reponer fuerzas. Después de las fotos de rigor, decidimos continuar por la cuerda larga hasta Bola del Mundo para regresar de nuevo a Cotos por la Loma del Noruego.
Como no podía ser de otra manera, había que rematar la ruta con el correspondiente piscolabis así que, invitados por Eva que celebraba cumpleaños con los amigos, nos acercamos hasta Navacerrada para felicitarla y rematar la jornada con unas insuperables cervecillas al calor de la chimenea.
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| De Tubos de Cabezas de Hierro 26-12-2010 |
Con nieve blanda hasta las rodillas en el largo tramo de aproximación, por fin conseguimos llegar hasta la entrada a los tubos donde ya andaban trajinando unos cuantos fanáticos de la escalda en hielo y otros cuantos del mixto y que, por los arreones que le metían al hielo, hacían que la zona pareciera más una cantera de granito que un tranquilo paraje montañero.
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| De Tubos de Cabezas de Hierro 26-12-2010 |
Ambientados con tan alegre soniquete nosotros seguimos a lo nuestro y continuamos tubo arriba disfrutando como enanos con tramos de nieve blanda, otros de nieve compacta en la que no entraba más que la punta del crampón y otros tramos de hielo, duros como la roca, en los que Jesús y yo pudimos, por fin, mellar un poco las puntas de nuestros relucientes piolets nuevos.
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| De Tubos de Cabezas de Hierro 26-12-2010 |
Con los gemelos bien trabajados y, por fin con un poco de solecillo que nos calentara las carnes, llegamos a la cima de Cabezas donde el espectacular tiempo que nos acompañó durante todo el día permitió que hiciéramos una paradita para comer algo y reponer fuerzas. Después de las fotos de rigor, decidimos continuar por la cuerda larga hasta Bola del Mundo para regresar de nuevo a Cotos por la Loma del Noruego.
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| De Tubos de Cabezas de Hierro 26-12-2010 |
Como no podía ser de otra manera, había que rematar la ruta con el correspondiente piscolabis así que, invitados por Eva que celebraba cumpleaños con los amigos, nos acercamos hasta Navacerrada para felicitarla y rematar la jornada con unas insuperables cervecillas al calor de la chimenea.
sábado, 25 de diciembre de 2010
Paseadilla antes de Navidad
En ocasiones surgen las rutas de manera improvisada. En otras ocasiones somos conscientes de que estamos eligiendo un mal día para irnos al monte pero llevamos tanto tiempo sin hacerlo que nos importa poco el sufrir la consecuencias. Pues bien, el día de Nochebuena se unieron estas dos circunstancias y surgió como consecuencia una ruta, o mejor dicho, un largo paseo que no estuvo nada mal.
Nos juntamos Perezako y yo. Eligiendo como otras veces uno de los peores días del año, nos subimos con la intención inicial de dar un paseo por la Barranca. Pero pronto vimos que esa carretera no estaba en condiciones de adentrarse por ella (parecía una auténtica pista de patinaje) y nos dirigimos al Puerto de Navacerrada.
Al llegar nos encontramos con una temperatura fantástica: -7ºC. Parece ser que la sensación térmica era de 12 bajo cero. Imaginaros! Desde allí pusimos dirección hacia Siete Picos pasando por el Alto del Telégrafo, donde en verano estuvimos varios días de escalada (teneis que ver la pinta que tiene con hielo, hay foto!). Aunque no es demasiada la distancia se nos hizo más duro de lo previsto, pues la cantidad de nieve y lo blanda que estaba hacía que nos hundieramos hasta las rodillas en muchos puntos. Más tarde nos dirigimos hacia la praderilla de Siete Picos y por allí concluimos la jornada, retornando a por un caldo calentito.
Fue un ocasión perfecta para seguir probando las Bionnassay 300, las semirrígidas de Quechua por las que sustituí las decepcionantes Forclaz Trek 800 (también de Quechua). Aunque sigue siendo pronto para emitir un veredicto final, las impresiones son bastante buenas hasta el momento. Cálidas, con buen agarre y, sobre todo, cómodas. Mientras, Perezako también comentaba lo satisfecho que está de sus Bestard Breithorn, si bien es cierto que les falta una larga ruta para confirmarlo. Os dejamos algunas imágenes:
Nos juntamos Perezako y yo. Eligiendo como otras veces uno de los peores días del año, nos subimos con la intención inicial de dar un paseo por la Barranca. Pero pronto vimos que esa carretera no estaba en condiciones de adentrarse por ella (parecía una auténtica pista de patinaje) y nos dirigimos al Puerto de Navacerrada.
Al llegar nos encontramos con una temperatura fantástica: -7ºC. Parece ser que la sensación térmica era de 12 bajo cero. Imaginaros! Desde allí pusimos dirección hacia Siete Picos pasando por el Alto del Telégrafo, donde en verano estuvimos varios días de escalada (teneis que ver la pinta que tiene con hielo, hay foto!). Aunque no es demasiada la distancia se nos hizo más duro de lo previsto, pues la cantidad de nieve y lo blanda que estaba hacía que nos hundieramos hasta las rodillas en muchos puntos. Más tarde nos dirigimos hacia la praderilla de Siete Picos y por allí concluimos la jornada, retornando a por un caldo calentito.
Fue un ocasión perfecta para seguir probando las Bionnassay 300, las semirrígidas de Quechua por las que sustituí las decepcionantes Forclaz Trek 800 (también de Quechua). Aunque sigue siendo pronto para emitir un veredicto final, las impresiones son bastante buenas hasta el momento. Cálidas, con buen agarre y, sobre todo, cómodas. Mientras, Perezako también comentaba lo satisfecho que está de sus Bestard Breithorn, si bien es cierto que les falta una larga ruta para confirmarlo. Os dejamos algunas imágenes:
viernes, 24 de diciembre de 2010
Seguridad en Escalada (II)
Os dejo la segunda entrega de estos valiosos vídeos de Escalada. En este caso, está centrado en el Desmontaje de una vía en escalada, cómo desencordarte y liberar la cuerda de un tinglado, un tema del que hablamos hace no demasiado en el foro.
domingo, 19 de diciembre de 2010
La maldición del Cabezo de Mijares
El sábado pasado nos juntamos Dani, Maranta, Paco, Pablo y yo para acercarnos hasta Serranillos y subir al Cabezo de Mijares. La última vez que intentamos hacer esta ruta tuvimos que cambiar de planes a última hora y la dejamos pendiente. Así que esta vez no se nos iba a escapar.
Hace unos cuantos años (cómo pasa el tiempo.....) subimos al Cabezo desde el Puerto de Mijares. Aquella vez se nos fue de las manos el desnivel acumulado. El autor del libro de donde sacamos la ruta nos engañó vilmente (o nosotros no le entendimos bien.....). Aquel día empezamos con un tiempo bueno y de repente una nube solitaria nos dejó una buena tormenta de nieve con mucho viento y acabamos con la mitad del cuerpo congelado (la mitad por la que venía el viento). Desde aquel día dejamos de ver a algunos de los antiguos miembros del grupo :-S.
Pues con el recuerdo de aquel día de hace algunos años, empezamos la ruta en el pueblo de Serranillos con un frío intenso, y el cielo totalmente despejado, que nos dejó las manos congeladas en el rato que hicimos las fotos de inicio de ruta. Nos encontramos con un montón de hielo por las zonas bajas, lo que nos hizo andar con cuidado en los primeros tramos de la pista que nos iba a dejar en las inmediaciones de el Puerto de Lagarejo.
Un poco antes de llegar al puerto decidimos tomar un "atajo" que nos llevó a enmarronarnos un poco en un bonito piornal. Aquí recibí las amenazas de Dani que no se lleva muy bien con los piornos mientras el resto del grupo se desvió para coger el camino bueno.
Después de una dura subida inicial llegamos hasta el Risco de Miravalles. Desde el que comprobamos que no quedaba nada de nieve, ni hielo, en la cuerda. Al fondo se veía el circo de Gredos que si que tenía algo de nieve, aunque muy poca. Pusimos rumbo hacía el Cerro del Cabezo donde el camino se pone un poco más divertido. Aquí ya comprobamos que estaban empezando a crecer rápidamente nubes. El pronóstico del tiempo decía que iban a ser nubes altas, pero al final no fueron tan altas.
Antes de llegar al Cabezo de Mijares paramos a comer al resguardo de unas piedras, ya que soplaba viento bastante frío. Mientras comíamos empezó a nevar. Increible!!!!, por segunda vez pasaba lo mismo. Un día totalmente despejado al principio y luego viento y nieve. Igual que hace unos años. La maldición del Cabezo, jejejeje
Seguimos por la cuerda hasta Cabeza Santa, desde el que se ve una valla de piedras, que llega hasta las cercanías de Serranillos, por la que vamos a bajar. Aquí la nieve se convierte en más agua que nieve lo que hace que empecemos a mojarnos nosotros, y sobre todo las piedras. Con lo que a partir de aquí despacio y con cuidado de no resbalar.
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| De CAbezo de Mijares 18dic |
Hace unos cuantos años (cómo pasa el tiempo.....) subimos al Cabezo desde el Puerto de Mijares. Aquella vez se nos fue de las manos el desnivel acumulado. El autor del libro de donde sacamos la ruta nos engañó vilmente (o nosotros no le entendimos bien.....). Aquel día empezamos con un tiempo bueno y de repente una nube solitaria nos dejó una buena tormenta de nieve con mucho viento y acabamos con la mitad del cuerpo congelado (la mitad por la que venía el viento). Desde aquel día dejamos de ver a algunos de los antiguos miembros del grupo :-S.
Pues con el recuerdo de aquel día de hace algunos años, empezamos la ruta en el pueblo de Serranillos con un frío intenso, y el cielo totalmente despejado, que nos dejó las manos congeladas en el rato que hicimos las fotos de inicio de ruta. Nos encontramos con un montón de hielo por las zonas bajas, lo que nos hizo andar con cuidado en los primeros tramos de la pista que nos iba a dejar en las inmediaciones de el Puerto de Lagarejo.
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| De CAbezo de Mijares 18dic |
Un poco antes de llegar al puerto decidimos tomar un "atajo" que nos llevó a enmarronarnos un poco en un bonito piornal. Aquí recibí las amenazas de Dani que no se lleva muy bien con los piornos mientras el resto del grupo se desvió para coger el camino bueno.
Después de una dura subida inicial llegamos hasta el Risco de Miravalles. Desde el que comprobamos que no quedaba nada de nieve, ni hielo, en la cuerda. Al fondo se veía el circo de Gredos que si que tenía algo de nieve, aunque muy poca. Pusimos rumbo hacía el Cerro del Cabezo donde el camino se pone un poco más divertido. Aquí ya comprobamos que estaban empezando a crecer rápidamente nubes. El pronóstico del tiempo decía que iban a ser nubes altas, pero al final no fueron tan altas.
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| De CAbezo de Mijares 18dic |
Antes de llegar al Cabezo de Mijares paramos a comer al resguardo de unas piedras, ya que soplaba viento bastante frío. Mientras comíamos empezó a nevar. Increible!!!!, por segunda vez pasaba lo mismo. Un día totalmente despejado al principio y luego viento y nieve. Igual que hace unos años. La maldición del Cabezo, jejejeje
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| De CAbezo de Mijares 18dic |
Seguimos por la cuerda hasta Cabeza Santa, desde el que se ve una valla de piedras, que llega hasta las cercanías de Serranillos, por la que vamos a bajar. Aquí la nieve se convierte en más agua que nieve lo que hace que empecemos a mojarnos nosotros, y sobre todo las piedras. Con lo que a partir de aquí despacio y con cuidado de no resbalar.
Hermanos Pou en la vía ZAHIR 8b+/300m
Lo reconozco, últimamente las salidas de algunos de nosotros al monte escasean. Son fechas de cenas y reuniones pero eso no quita para que también nos de tiempo a disfrutar con la montaña, aunque sea detrás de un monitor. Os dejo algo que me ha dejado impresionado:
lunes, 13 de diciembre de 2010
Retorno a la Buitrera
"Que por mayo era por mayo, cuando hace la calor...", así comienza el Romance del Prisionero. Pero no era mayo, sino el 11 de diciembre y no hacía nada nada nada de frío cuando nos juntamos Pablo, Jesús, Eva, Maranta, Dani, David y yo con unas ganas locas de salir por la sierra para disfrutar de nuevo de la abundante nieve que había caído una semanita atrás..., ¡¡pero ya no quedaba casi nada!! Con gran pesar comprobamos los efectos que han tenido las abundantes lluvias y la desproporcionada subida de las temperaturas de los días previos (quién lo habría dicho hacía apenas siete días).
No obstante, pronto nos repusimos del disgusto y nos dispusimos a disfrutar del buen día que teníamos en ciernes. Con nieve o sin ella, una buena ruta por la sierra en grata compañía siempre depara grandes momentos. Ese día teníamos que regresar pronto a Madrid y habíamos decidido hacer una ruta cortita y fácil: la Buitrera desde la ermita de Hontanares. Algunos ya habíamos estado por allí este verano, pero no nos importaba repetir pues nos pareció una ruta muy entretenida. Así pues, tras dejar los coches en la ermita iniciamos la marcha por el sendero que sube por el hayedo hacia el pico Merino. Y bien que sube el camino, menudas rampas intensas nada más empezar para ir calentando motores desde el comienzo. Enseguida dejamos atrás el hayedo y encaramos unos riscos de trepada fácil muy interesantes y de nuestro gusto.
Ya en la cuerda, nos dirigimos hacia el Cerro Gordo sin prisa, pero sin pausa, disfrutando de unas magníficas vistas de los amplios alrededores. Jesús y yo preferimos ir saltando por los riscos del borde de la crestita que da al este, y también nos quitamos un poco la espinita pisando algo de la escasísima nieve que aún quedaba en las umbrías más recónditas. La buena temperatura reinante, sin nada de viento, y las intensas rampas que llevan a la Buitrera nos hicieron sudar más de lo previsto, pero lo estábamos pasando de maravilla.
Llegamos a la cima de la Buitrera con muy buena hora y nos regocijamos con las viandas que traíamos en las mochilas, contemplando el agreste paisaje hacia el oeste que lleva hasta el macizo del Pico del Lobo y los valles hacia el sur que dan al hayedo de Tejera Negra, ya desprovisto de su colorido glamour en estas fechas tardías.
Poco después iniciamos el regreso por el mismo camino que habíamos traído a la ida y en algo menos de dos hora ya estábamos de vuelta en los coches, camino de Riaza para rehidratarnos de los sudores del día con unas cervecitas en jarras heladas...
Esta vez ha tocado una ruta facilita, entretenida, bonita y muy tranquila, de las que apetece de vez en cuando para salir a disfrutar del buen tiempo y de la compañía de los amigos.
Un xaludote
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| De LA BUITRERA |
No obstante, pronto nos repusimos del disgusto y nos dispusimos a disfrutar del buen día que teníamos en ciernes. Con nieve o sin ella, una buena ruta por la sierra en grata compañía siempre depara grandes momentos. Ese día teníamos que regresar pronto a Madrid y habíamos decidido hacer una ruta cortita y fácil: la Buitrera desde la ermita de Hontanares. Algunos ya habíamos estado por allí este verano, pero no nos importaba repetir pues nos pareció una ruta muy entretenida. Así pues, tras dejar los coches en la ermita iniciamos la marcha por el sendero que sube por el hayedo hacia el pico Merino. Y bien que sube el camino, menudas rampas intensas nada más empezar para ir calentando motores desde el comienzo. Enseguida dejamos atrás el hayedo y encaramos unos riscos de trepada fácil muy interesantes y de nuestro gusto.
Ya en la cuerda, nos dirigimos hacia el Cerro Gordo sin prisa, pero sin pausa, disfrutando de unas magníficas vistas de los amplios alrededores. Jesús y yo preferimos ir saltando por los riscos del borde de la crestita que da al este, y también nos quitamos un poco la espinita pisando algo de la escasísima nieve que aún quedaba en las umbrías más recónditas. La buena temperatura reinante, sin nada de viento, y las intensas rampas que llevan a la Buitrera nos hicieron sudar más de lo previsto, pero lo estábamos pasando de maravilla.
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| De LA BUITRERA |
Llegamos a la cima de la Buitrera con muy buena hora y nos regocijamos con las viandas que traíamos en las mochilas, contemplando el agreste paisaje hacia el oeste que lleva hasta el macizo del Pico del Lobo y los valles hacia el sur que dan al hayedo de Tejera Negra, ya desprovisto de su colorido glamour en estas fechas tardías.
Poco después iniciamos el regreso por el mismo camino que habíamos traído a la ida y en algo menos de dos hora ya estábamos de vuelta en los coches, camino de Riaza para rehidratarnos de los sudores del día con unas cervecitas en jarras heladas...
Esta vez ha tocado una ruta facilita, entretenida, bonita y muy tranquila, de las que apetece de vez en cuando para salir a disfrutar del buen tiempo y de la compañía de los amigos.
Un xaludote
domingo, 5 de diciembre de 2010
Pinareja bajo cero desde Cercedilla
A pesar de las temperaturas extremadamente bajas, con mínimas rondando los diez grados bajo cero en los pueblos cercanos a la sierra, las previsiones daban para este sábado 4 de diciembre un día soleado y despejado hasta bien entrada la tarde. Así pues, decidimos aprovecharlo y darnos una vuelta para disfrutar de las nieves caídas en los días de atrás.
Nos juntamos Pablo, Jesús, Manu, Eva, Raquel, David y yo, bien abrigaditos y preparados, y a eso de las 9:30 nos poníamos en marcha desde las Dehesas de Cercedilla en dirección al collado de Marichiva. Conforme a los pronósticos la mañana estaba siendo algo más que fresca, pero soleada y radiante y prometía depararnos una agradable jornada. Con las primeras subidas por el pinar empezamos a entrar en calor y pronto tuvimos que desprendernos de las excesivas ropas de abrigo que llevábamos encima.
En el collado de Marichiva decidimos tomar una senda que ladeaba la Peña Bercial por su lado Oeste entre más pinos y montones de piornos prácticamente tapados por la nieve. A partir de este punto la nieve nos empezó a pasar factura, pues estaba muy suelta por no haber tenido apenas tiempo de asentarse, de manera que al pisarla cedía demasiado (incluso con las raquetas) y requería mucho esfuerzo avanzar en estas condiciones. A Raquel con sus esquíes de travesía esto no le afectaba tanto pero tuvo bastantes problemas con los piornos y también peleó lo suyo. A pesar de las dificultades y del considerable esfuerzo que requería avanzar, lo estábamos pasando de maravilla y poco a poco conseguimos llegar a la cuerda entre la Peña Bercial y el Cerro Minguete, tardando bastante más tiempo del previsto. Aquí el viento había barrido toda la nieve suelta y se podía caminar con facilidad por la capa de nieve dura que quedaba, así que enseguida llegamos al Cerro Minguete e hicimos una paradita para tomar algo y recuperar algo de las fuerzas derrochadas antes.
Pasadas las 13:30 proseguimos camino hacia el Montón de Trigo y de nuevo nos encontramos con una importante acumulación de nieve suelta que nos volvió a dificultar el avance. Estaba siendo una paliza de las buenas para nuestras piernas, aún poco acostubradas a las exigencias de las actividades por nieve. Además, poco a poco se había ido aproximando desde el horizonte un frente de nubes altas que empezaban a cubrir el sol, que ya no nos calentaba con el entusiasmo de antes y la temperatura empezó un vertiginoso descenso. Un poco antes de alcanzar la cuerda de la Mujer Muerta eran tantas las dificultades con la nieve blanda que Manu tuvo que dar media vuelta y regresar por no contar con raquetas. Los demás pudimos seguir adelante con más o menos dificultades.
Ya en la cuerda las raquetas nos permitían avanzar con relativa facilidad, pero estábamos expuestos a un viento tremendamente helado que venía del suroeste y que hizo que la sensación térmica fuera de lo más desapacible. Además, el sol estaba ya totalmente cubierto y nada quedaba del apacible día que prometía en la mañana, así que nos vimos obigados a echar mano de cuanta ropa de abrigo llevábamos encima (la misma que tanto estorbo supusiera durante la mañana, pero que tan bien nos venía ahora). En este ambiente gélido, bien arropaditos, conseguimos llegar a lo alto de la Pinareja. El viento estaba siendo cada vez más inclemente, así que no era cosa de andarse entreteniendo y enseguida iniciamos el regreso.
Como ya nos quedaba poco tiempo de luz, hacía cada vez más frío y no íbamos precisamente sobrados de fuerzas después de tanto pelear con la nieve, bajamos directamente al puerto de la Fuenfría ladeando el Cerro Minguete y tomamos la calzada romana hasta llegar pasadas las 18:00 a donde teníamos los coches, concluyendo así el periplo (pero aún no la jornada, pues con muy buen talante nos bajamos al pueblo de Cercedilla a homenajearnos con unas merecidas cervezas y unas generosas tapas muy buenas).
Un xaludote
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| De Pinareja 4dic |
Nos juntamos Pablo, Jesús, Manu, Eva, Raquel, David y yo, bien abrigaditos y preparados, y a eso de las 9:30 nos poníamos en marcha desde las Dehesas de Cercedilla en dirección al collado de Marichiva. Conforme a los pronósticos la mañana estaba siendo algo más que fresca, pero soleada y radiante y prometía depararnos una agradable jornada. Con las primeras subidas por el pinar empezamos a entrar en calor y pronto tuvimos que desprendernos de las excesivas ropas de abrigo que llevábamos encima.
En el collado de Marichiva decidimos tomar una senda que ladeaba la Peña Bercial por su lado Oeste entre más pinos y montones de piornos prácticamente tapados por la nieve. A partir de este punto la nieve nos empezó a pasar factura, pues estaba muy suelta por no haber tenido apenas tiempo de asentarse, de manera que al pisarla cedía demasiado (incluso con las raquetas) y requería mucho esfuerzo avanzar en estas condiciones. A Raquel con sus esquíes de travesía esto no le afectaba tanto pero tuvo bastantes problemas con los piornos y también peleó lo suyo. A pesar de las dificultades y del considerable esfuerzo que requería avanzar, lo estábamos pasando de maravilla y poco a poco conseguimos llegar a la cuerda entre la Peña Bercial y el Cerro Minguete, tardando bastante más tiempo del previsto. Aquí el viento había barrido toda la nieve suelta y se podía caminar con facilidad por la capa de nieve dura que quedaba, así que enseguida llegamos al Cerro Minguete e hicimos una paradita para tomar algo y recuperar algo de las fuerzas derrochadas antes.
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| De Pinareja 4dic |
Pasadas las 13:30 proseguimos camino hacia el Montón de Trigo y de nuevo nos encontramos con una importante acumulación de nieve suelta que nos volvió a dificultar el avance. Estaba siendo una paliza de las buenas para nuestras piernas, aún poco acostubradas a las exigencias de las actividades por nieve. Además, poco a poco se había ido aproximando desde el horizonte un frente de nubes altas que empezaban a cubrir el sol, que ya no nos calentaba con el entusiasmo de antes y la temperatura empezó un vertiginoso descenso. Un poco antes de alcanzar la cuerda de la Mujer Muerta eran tantas las dificultades con la nieve blanda que Manu tuvo que dar media vuelta y regresar por no contar con raquetas. Los demás pudimos seguir adelante con más o menos dificultades.
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| De Pinareja 4dic |
Ya en la cuerda las raquetas nos permitían avanzar con relativa facilidad, pero estábamos expuestos a un viento tremendamente helado que venía del suroeste y que hizo que la sensación térmica fuera de lo más desapacible. Además, el sol estaba ya totalmente cubierto y nada quedaba del apacible día que prometía en la mañana, así que nos vimos obigados a echar mano de cuanta ropa de abrigo llevábamos encima (la misma que tanto estorbo supusiera durante la mañana, pero que tan bien nos venía ahora). En este ambiente gélido, bien arropaditos, conseguimos llegar a lo alto de la Pinareja. El viento estaba siendo cada vez más inclemente, así que no era cosa de andarse entreteniendo y enseguida iniciamos el regreso.
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| De Pinareja 4dic |
Como ya nos quedaba poco tiempo de luz, hacía cada vez más frío y no íbamos precisamente sobrados de fuerzas después de tanto pelear con la nieve, bajamos directamente al puerto de la Fuenfría ladeando el Cerro Minguete y tomamos la calzada romana hasta llegar pasadas las 18:00 a donde teníamos los coches, concluyendo así el periplo (pero aún no la jornada, pues con muy buen talante nos bajamos al pueblo de Cercedilla a homenajearnos con unas merecidas cervezas y unas generosas tapas muy buenas).
Un xaludote
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