lunes, 28 de marzo de 2011

Pinareja desde La Panera

Hola, ¿qué tal todo?
A pesar de las más que dudosas condiciones meteorológicas dadas por los pronósticos de la víspera, el pasado sábado día 26 quisimos salir a dar una vuelta por la sierra para liberar parte del estrés acumulado durante la semana. Esta vez nos reunimos Jesús, Pablo, Almu y yo para hacer un tramo de la cuerda de la Mujer Muerta desde el lado segoviano, una ruta que le teníamos ganas desde hace tiempo. De las dos variantes que veníamos barajando optamos por subir a la cuerda pasando por el puerto de Pasapán por un GR que parte cerca de las dehesas del rio Moros.

De 11-03-26 - Pinareja desde Pto. Pasapán

Comenzamos a andar alrededor de las 9:30, con el cielo parcialmente nuboso y muy buena temperatura ambiente. De todas formas, aunque hubiera hecho más fresco no habría importado, porque nada más comenzar encaramos unas rampas con una inclinación más que generosa y bien pronto empezó a estorbar la ropa de abrigo. Con este "aperitivo" comenzó la terapia antiestrés y llegamos al puerto de Pasapán sudados y con las piernas bien entonadas. Desde allí seguiríamos por la cuerda hasta la Peña del Oso.

Al salir del abrigo de los pinos nos empezó a pegar de lleno un viento con muy mala sombra del oeste-suroreste y tuvimos que echar mano de toda la ropa de abrigo disponible para arroparnos. Las nubes entraban a gran velocidad y la parte alta de la cuerda se veía cubierta por la niebla a ratos cada vez mayores. Aprovechamos el abrigo de unas grandes rocas para tomar un refrigerio y calzarnos las polainas, pues hacia la mitad de la subida hacia la Peña de Oso empezamos a encontrar nieve e incluso alguna que otra placa helada.

De 11-03-26 - Pinareja desde Pto. Pasapán

Poco antes de llegar a la Peña nos envolvieron las nubes y las vistas quedaron ocultas por la niebla. Además, el helado viento que nos azotaba sin piedad nos azuzó para entretenernos lo menos posible, así que proseguimos hacia la Pinareja por los generosos neveros que aún quedan en esa parte de la cuerda. De no ser por el viento, habría sido un paseo de lo más delicioso. Bajando de la Pinareja salimos de la niebla y pudimos contemplar de nuevo los alrededores y cómo estaba evolucionando el tiempo.

De 11-03-26 - Pinareja desde Pto. Pasapán

En el collado de la Tirobarra giramos a la derecha y dejamos la cuerda para seguir el cauce del rio Moros. De nuevo entre los pinos al abrigo del viento volvimos a disfrutar de un ambiente agradable y amistoso. Pronto dejamos atrás la nieve y paramos a comer con la firme esperanza de que no llovería a pesar de la concentración cada vez mayor de nubes de aspecto amenazador. Seguimos bajando por la ladera del monte y alcanzamos una pista que pasa por el margen derecho de los embalses que hay por allí. Si bien hasta este punto no nos habíamos encontrado con nadie, fue llegar a la pista y empezamos a cruzarnos con hordas y hordas de andarines...



Después del paseo por la pista (que se nos hizo más largo de lo que habría sido menester), llegamos al coche algo pasadas las 17:00 y fuimos al pueblo más cercano a culminar la terapia antiestrés con una sesión rehidrante en toda regla. Esta vez Almu no sólo no se escaqueó sino que cumplió su promesa y nos invitó a dos buenas rondas de cerveza que nos sentaron de maravilla. Contentos y felices por habernos librado de la lluvia y haberlo pasado tan bien, regresamos a Madrid bien relajaditos y comentando los proyectos montañeros que habremos de acometer próximamente...





miércoles, 23 de marzo de 2011

Cerro de los Huertos por la Canal de la Pluma

De nuevo Gredos y de nuevo nieve, mucha nieve.
Si otros inviernos Gredos fue la asignatura pendiente del grupo, desde luego, en el presente nos estamos desquitando con creces, al menos en lo que se refiere a la zona del circo y la Laguna Grande.

Para este fin de semana de calores primaverales, elegimos otra clásica de la zona: el Cerro de los Huertos por la canal de la Pluma. Un hermoso pico fácilmente reconocible por su pequeño circo encaramado en la parte alta del cuchillar del mismo nombre y con fama de ser algo complicado en su tramo final.
Con este propósito nos juntamos Eva, Jesús, Dani, Paco y un servidor en la plataforma de Hoyos del Espino donde, ya a las 9:30, como es habitual, se congregaban nutridos grupos de aficionados al monte con parecidas intenciones a las nuestras.

De 11-03-19 - Cerro de los Huertos (Gredos)

Tras solventar el intento de robo de unode los bastones de Jesús a la altura de los Barrerones (eso si, de guante blanco y sin navajas de por medio) nos desviamos a la altura del desagüe de la laguna Grande para enfilar las primeras lomas que van a dar a un rellano previo a la entrada de la Canal de la Pluma. Una vez allí, aprovechamos unas grandes planchas de piedra calentadas por el sol para vestirnos de "alpinistas" y para solventar, gracias a Dani, la rotura de uno de los crampones de Paco.

Ya metidos en faena, pudimos comprobar que, tanto sol y tanto calorcito pueden ser estupendos para la playa pero que, combinados con toneladas de nieve y cuestas empinadas son perfectos para sacar de uno toda la mala baba acumulada durante la semana en forma de sudor y terribles juramentos. Por suerte, en el primer tramo pudimos aprovechar una huella hecha poco antes y que nos facilitó un poco la subida, al menos hasta que decidimos salirnos de la canal por una variante algo más vertical pero más entretenida.
Una vez en la salida de esta variante, Jesús y Paco decidieron continuar recto por las grandes palas de nieve que dan acceso al circo mientras el resto, ya un poco empachados de tanta nieve sopa, preferimos seguir la huella que volvía a aparecer algo más arriba procedente de la salida normal de la canal.

De 11-03-19 - Cerro de los Huertos (Gredos)

Al alcanzar la pequeña hondonada del Cerro de los Huertos es cuando uno se da cuenta de la verdadera dificultad de este pico, compuesto en su parte alta por grandes bloques de roca y pendientes de más de 60º que hacen complicado alcanzar su cima sin material de escalada. Así que, visto el panorama y las condiciones de la nieve, nos conformamos con alcanzar la zona del hombro anterior a la cima para contemplar las espectaculares vistas del Ameal de Pablo, Risco MOreno, la Galana y el Gargantón. Desde allí, a ratos rodando y a ratos andanto, bajamos hasta la cima norte del Cerro, bastante más amplia que el estrecho espacio que queda en el hombro y donde pudimos hacer un breve descanso para comer.

De 11-03-19 - Cerro de los Huertos (Gredos)

Recuperadas las fuerzas y el ánimo, decidimos que merecía la pena provechar el extra de luz que ya se viene notando en estas fechas para acercarnos a Risco Negro por la preciosa arista que lo une al Cerro de los Huertos, desde donde pudimos contemplar boquiabiertos las vertiginosas caidas que dan al Gargantón y soñar con futuras incursiones a la Galana por esa zona. Desde aquí ya solo nos quedaba bajar por una de las canales paralelas a la de la Pluma hundiéndonos hasta la cintura y contemplando con terror la siempre temida subida de vuelta a los Barrerones.

Como lo malo, si corto, la mitad de malo y, puesto que no quedaba más remedio que subirlo de nuevo, decidimos enfilarlo de un tirón y casi sin respirar practicamente hasta la plataforma a donde llegamos a eso de las 19:00.
Tras la correspondiente sesión de rehidratación en Hoyos del Espino, vuelta para Madrid cansados pero contentos y con la compañía de una maravillosa luna llena, enorme y blanca como las montañas de Gredos que acabábamos de disfrutar.





martes, 15 de marzo de 2011

Peña de Chilla desde el Santuario de Nuestra Señora de Chilla

MIDE



- Desnivel acumulado: 1400m
- Distancia: 18.5 Km
- Tiempo empleado: 8:30 horas (+ o -)
- Fecha de realización: 28/03/2009

Rescatamos otra ruta de las que incluimos en nuestro ya presentado Archivo de Rutas. En este caso se trataba de la ascensión a la Peña de Chilla desde la vertiente sur de Gredos. Hasta ese momento esta zona del sistema central se mantenía inexplorada por el grupo. Más tarde le daríamos un buen repaso convirtiéndose en uno de nuestros lugares preferidos por lo salvaje de sus paisajes.

De Santuario Peña Chilla - Vega Zarza - Collado Sillao Peña - Peña Chilla


Aquel día nos juntamos cinco personas, Rincewind, Tarabas, TioPaco, Jose y yo. El tiempo acompañó durante toda la jornada, con un inicio soleado y un final algo mas nublado y fresco que el comienzo, pero en ningún momento pareció complicarse el día. Otra cosa hubiese sido por las altas cumbres, que estuvieron cubiertas buena parte de la jornada.

La ruta comenzó en el Santuario de Chilla y recorrió toda la garganta de Chilla hasta alcanzar el Sillao de la Peña. Desde aquí nos dirigimos a las cumbres de la Peña de Chilla, con unas vistas espectaculares hacia la Garganta Tejea. Es esta zona de grandes vías de clásica, algunas de las más largas que pueden encontrarse en la zona centro de la península. La bajada fue algo mas directa lo que nos permitió reducir el tiempo requerido para la ruta. Para celebrarlo decidimos tomarnos unas buenas tapas en el renombrado Picalagartos.

Saludos



De Santuario Peña Chilla - Vega Zarza - Collado Sillao Peña - Peña Chilla




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domingo, 6 de marzo de 2011

Travesía nevada al Risco de los Claveles desde La Graja de S. Ildefonso

Hola amigos. Este pasado sábado habían quedado Pablo, Jesús y Tío Paco, un trío con mucho peligro pues aprovechan cualquier ocasión para liarla bien parda en la montaña (sobre todo cuando se encuentran solos y sin vigilancia por parte de componentes más moderados del grupo), con la firme intención de acercarse de nuevo al Circo de Gredos para atacar alguna interesante canal de las que por allí abundan, pero debido a una copiosa nevada de última hora tuvieron que renunciar a su plan original y postponerlo para una ocasión más propicia.

En su lugar pensaron en calmar sus ansias montañeras visitando la vertiente norte de la sierra de Peñalara, pues aún no conocían esta zona en condiciones invernales. Llegar hasta el pueblo de S. Ildefonso ya fue peliagudo, pues había estado nevando abundantemente el día anterior e incluso esa misma madrugada, pero las quitanieves estaban en plena faena y al final pudieron llegar a La Granja y aparcar cerca de donde tenían previsto. Las cumbres permanecían ocultas entre las nubes y aún caía algún que otro copo cuando comenzaron a caminar.

De Peñalara desde la Granja

Lo que empezó siendo una simpática capita de nieve polvo virgen de unos 4 cm pronto pasó a una capa más seria de no menos de 10 cm. Enseguida quedó de manifiesto que les esperaba un paseo más interesante de lo que habían previsto inicialmente, habida cuenta que nadie más se había adentrado por esos lares y era menester ir abriendo huella. Nieve, nieve y más nieve. Nieve a hartar hasta las rodillas y más aún, así que al final acabaron calzándose las raquetas cuando ya se cansaron de retozar como críos entre los pinos ladera arriba y ladera abajo. Ahora ya más formales siguieron el camino que sube hacia el puerto del Nevero.

Cuanto más ascendían por la ladera del pinar tanto mayor era la cantidad de nieve acumulada, de manera que el ya considerable esfuerzo de subir con las raquetas abriendo huella pasó a ser una actividad casi agónica. Pero gracias a irse relevando en la ardua lucha con la nieve demasiado suelta, entre sudores, resuellos y votoatales fueron poco a poco ganando valiosos metros que sabían a gloria y consiguieron salir del pinar. Allí, fuera del abrigo de los pinos, se encontraron expuestos a la feroz acometida de un viento gélido del sur-sureste de lo más inclemente y desapacible. No obstante, el viento estaba barriendo la nieve suelta y les resultó algo más fácil avanzar y alcanzar la cuerda que lleva a la laguna de los Pájaros.

De Peñalara desde la Granja

Las nubes aún permanecían tercamente aferradas en la parte alta de la sierra, de manera que cuando nuestros tres aventureros alcanzaron la cuerda se adentraron en ellas y les envolvío una espesa niebla que redujo la visibilidad a apenas una decena de metros. Entre la ventisca y la niebla todo a su alrededor, cielo y suelo, se confundía en un deslumbrante blanco uniforme, pero pudieron seguir avanzando en la dirección correcta gracias a las nuevas tecnologías de navegación GPS y llegaron al pie de las inclinadas rampas que llevan al Risco de los Claveles. Ante las impresionantes vistas que éstas ofrecían, entre "Qué pasada, venga, vamos un poquito más" y "Huy, mira qué rampita, otro poquito más" se presentaron casi sin proponérselo en la antecima del Risco, casi jugándose el tipo pues con la placas de hielo que había era más terreno de crampones y piolet que de raquetas y bastones de marcha...

De Peñalara desde la Granja

Calzados los crampones y con ganas de proseguir un poco más por la cresta de los Claveles a pesar de lo castigadas que estaban las fuerzas a esas alturas, de pronto fueron conscientes de lo tarde que era y del tremendo camino que les quedaba de vuelta, así que sensatamente optaron por dejarlo por bueno allí en ese punto e iniciaron el regreso por el mismo camino que habían traído para aprovechar la huella que tanto trabajo les había costado abrir (y que el viento estaba borrando con pasmosa rapidez). Las nubes habían empezado a abrirse y les brindó algunos breves retazos de las magníficas vistas de los alrededores completamente nevados.

De Peñalara desde la Granja

De nuevo en el bosque al abrigo del viento los tres amigos siguieron disfrutando felizmente del camino de vuelta a buen paso, acompañados del incesante goteo de la nieve de los pinos derritiéndose por la agradable temperatura reinante. Lo que empezó siendo un día gris y amenazador acabó conviertiéndose en una tarde despejada de lo más deliciosa. Para terminar redondeando la jornada nuestros tres aventureros decidieron pasar por el pueblo de Navacerrada para reponer fuerzas y agasajarse con un merecido homenaje a base de unos suculentos picatostes con chocolate calentito y unas cervecillas. Fin