jueves, 8 de septiembre de 2011

Kayland Apex Rock



Aquí os dejo unos breves cometarios sobre mi última adquisición en materia de botas semirrígidas.
Después de la estupenda impresión que me dejaron mis anteriores Bestard Futura K y, puesto que fueron descatalogadas no hace demasiado, decidí cambiar de marca aprovechando una muy buen oferta que encontré en las tiendas del rastro de Madrid. Aunque apenas tenía referencias de esta marca, investigando un poco pude comprobar que en Italia, de donde son originarias, tienen ya prestigio más que reconocido.
En este caso, como ya he comentado, se trata de un modelo semirrígido de construcción ligera muy en la línea de los modelos “Trango” de la Sportiva y “Tower GTX” de Garmont. Todas ellas se caracterizan por la sustitución del cuero en algunas zonas de la bota por materiales como el keblar, la cordura etc…, que rebajan considerablemente el peso final de la bota. Además incluyen membranas impermeables, lo que las hacen botas muy polivalentes.
En el caso de la Kayland, tras un año de uso en muy variadas condiciones (nieve, lluvia, largas caminatas, trepadas, etc..) puedo decir que, en términos generales mi impresión ha sido muy buena. Principalmente hay que destacar su ligereza (al menos con respecto a las botas que yo he gastado) y comodidad. La caña es bastante alta, con lo que la sensación de sujeción y estabilidad es muy buena. Solo hay que tener en cuenta que la horma es tirando a ancha, por lo que hay que probársela con tranquilidad antes de decidirse. En seco, el agarre es bueno y la suela Vibram Mulaz que monta responde muy bien, aunque imagino que como a casi todo el mundo le gustaría, sería estupendo que desgastar más lentamente.
El comportamiento en nieve también es el que se podría esperar de unas semirrígidas: cuanto más uso, más flexionan (nada nuevo). En travesía y con crampón de correas, no he tenido ningún problema de sujeción. Como suele ocurrir con estos modelos ligeros, en condiciones duras y tras muchas horas en la nieve, son un poco frías pero es que tampoco están pensadas específicamente para ello. Con respecto a la impermeabilidad, tampoco he tenido por el momento problema ninguno. La membrana “e-vent” se comporta , al menos, igual de bien que el gore y mantiene la bota seca en todo momento.
En definitiva, tras un año de uso intensivo, (Guadarrama en verano e invierno y Gredos, Pirineos y Alpes en verano) la bota continua en buenas condiciones y cumple dignamente con todo lo que se puede esperar de ella. Como es obvio, la polivalencia tiene el inconveniente de que hace muy complicado destacar en todo y a la larga uno termina por resignarte a tirar de los ahorros para tener dos o tres pares de botas y estar contento en cualquier situación.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Ortles

Ahí van unas cuantas fotos que nos han pasado Goyo y Silvia de su viaje a Dolomitas. Se trata de unas alucianantes vistas del Ortles (3915 m) y su macizo en la región italiana de Trentino-Alto Adigio.

De Ortler
El valle de Sunden, con el sistema del Orler (Ortles en Austria) al fondo.

De Ortler
Más valle

De Ortler
Nuestro "amiguito"

De Ortler
De verdad que impresiona un poco, son 3915m

De Ortler
El sistema (o grupo) del Ortler

lunes, 5 de septiembre de 2011

Camino Schmidt - Siete Picos

Aprovechando el buen tiempo de estos últimos días en Madrid, planificamos una ruta de las que sirven para introducir a los amiguetes en esto del senderismo. Y para ello, una vez más recurrimos a uno de los clásicos de la sierra: Siete Picos.

De 7 picos

El domingo en torno a las 10 de la mañana, Pablo y yo nos juntamos con otros dos colegas, Eva y Jesús, que nos acompañarían por primera vez en nuestras escapadas. Esperemos que les haya picado el gusanillo y que pronto repitan.

De 7 picos

Iniciamos la jornada en el Puerto de Navacerrada, con algunas nubes, unos 15 grados de temperatura y muchas ganas de ponernos en marcha. En resumen, unas condiciones ideales para disfrutar del entorno. Empezamos a buen ritmo, enlazando el camino Schmidt con la Senda de los Cospes para llegar al Puerto de la Fuenfría. Hasta aquí nos encontramos con un gran número de ciclistas, que interrumpían nuestro paso cada poco tiempo, pero que, por suerte, circulaban a una velocidad razonable. En el puerto de la Fuenfría repusimos fuerzas y nos dirigimos hacia el Mirador de la Reina, disfrutando de las bonitas vistas del valle de la Fuenfría.

De 7 picos

Desde aquí, sorprendimos a nuestros amigos debutantes con la fuerte rampa de da acceso al Collado Ventoso que dicho sea de paso, aguantaron perfectamente. Como íbamos bien de tiempo y la espalda de Pablo no mostraba señales preocupantes decidímos alargar la ruta prevista ascendiendo a la cuerda de Siete Picos.

De 7 picos

Ya en la cuerda disfrutamos de las vistas hacia ambos lados, a pesar de que las nubes habían crecido de manera notable, entrando incluso en otras cimas destacadas de la sierra de Guadarrama. Pero no hubo problema. Por camino archiconocido alcanzamos el puerto de Navacerrada para poner fin a una jornada tranquila y que ya iba haciendo falta después de un mes de Agosto algo escaso de montaña. Os dejamos algunas fotos.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Montaña Palentina

Aprovechando las vacaciones estivales, nos juntamos las simpátcas hermanas Muñoz (Almu y Mónica) y un servidor deseosos de patear la Montaña Palentina, imprescindible en todo curriculum montañero que se precie y para ello nos alojamos en una casa rural en Otero de Guardo.

Pico Murcia

Con un tiempo amenanzado lluvia, decidimos empezar por el Pico Murcia, el más asequible de los que teníamos previstos. Comenzamos la ruta desde Cardaño de Arriba a 1.420 m., desde el parking sale un sendero que pronto nos lleva a un puente de hormigón que cruza el arroyo Valcabe, lo cruzamos y seguimos a la izquierda, dejando el camino que lleva al Lomas de frente, pronto vislumbramos al fondo el Pico Murcia de forma piramidal, proseguimos y, en vez de ir por el camino más sencillo, cruzando el río y dejándolo a la izquierda, nosotros continuamos hasta el final del valle, a partir de aquí el camino se hace empinado de verdad, pasamos a la izquierda de unos escobales y remontamos la ladera final que nos lleva a la cima (2.341 m.), en ésta el panorama es magnífico, la cara Norte del Espigüete, Peña Prieta, Tres Provincias, Curavacas y los Picos de Europa. La cima tiene una cruz de hierro y un buzón para mensajes; en ella nos reencontramos con unos simpáticos pucelanos, con quienes emprendemos el descenso tras las pertinentes fotos y abituallamiento; en el descenso nos ataca un viento cuando menos molesto, al que ponemos buena cara, hacemos una parada para comer con la norte del Espigüete ante nuestras narices, luego ascendemos otra pequeña cima cuyo nombre inventando no me atrevo a poner aquí y nos encaminamos hacia Cardaño en busca de una merecida hidratación.



Al día siguiente, el tiempo lluvioso, nos hace decidirnos por hacer turismo rural por el valle de Sajambre, en León y el concejo de Ponga en Asturias, nos apuntamos como ruta pendiente la del Pico Tiatordos, muy prometedora.



Pico Espigüete

el martes nos decidimos definitivamente por subir al Espigüete, el auténtico rey de la cordillera Cantábrica. Como el cielo está cubierto, desechamos la opción inicial de subir por el cresterío y nos decidimos por la vertiente sur o Vía de la Pedrera, menos espectacular, más fácil técnicamente pero más trabajosa por la pedrera. La ruta empieza desde Cardaño de Abajo 1.320 m. desde donde sale un camino asfaltado que conduce a una pista por la que nos dirigimos. Aproximadamente una hora después, vemos un claro hito de piedras que nos indica que tenemos que dejar la pista, iniciamos un camino de matorral bajo que nos aproxima a la pedrera de la vertiente sur. Afortunadamente no hace mucho calor lo cual facilita subir la pedrera, muy dura cuando aprieta la solana, un amable vasco que desciende ya de la cumbre me regala un palo-bastón que me acompañará el resto del viaje, llegamos a la arista cimera, un último esfuerzo y estamos en la cumbre, el cielo está completamente nublado, lo cual nos impide disfrutar de unas vistas, en otras circunstancias esplendorosas; en la cima nos topamos con unos simpáticos vascos que han subido por la cresta, intercambiamos chocolates, envidiamos su tortilla de patatas con pimientos y nos despedimos, ellos bajarán por la cara Norte (más tarde nos confesarían que la niebla les impidió tomar esta vertiente) e iniciamos el descenso paralelos a la cresta por la vertiente sur hasta el inico de dicha cresta, entonces giramos a la derecha, remontamos una loma de piornos, divisamos la pista desde lo alto y nos encaminamos hacia ella a través de un pequeño bosque, llegamos a la pista y echamos una última mirada al majestuoso Espigüete de 2.450 m.



Pico Curavacas

El miércoles nos animamos a ascender el Pico Curavacas, el más representativo de la Montaña Palentina por estar plenamente en Palencia. Empezamos la ruta desde el pueblo de Vidrieros 1.330 m., de la plaza que está junto a la iglesia de ladrillo por una pista hasta que cruzamos el arroyo Cabriles por un puente, tomamos otra pista que nos lleva hasta el prado de Cabriles y empezamos a ver lo que nos espera: una hermosa pedrera, de la que llaman ¨rompepiernas¨, afortunadamente no hace mucho calor y esto facilitará la tarea, comenzamos a subir la pedrera y hacemos un alto en el camino a la mitad para hidratarnos y engullir energéticos frutos secos, en este punto observamos a un paisano que sube como una exhalación, llega hata donde estamos y nos dice que va medio dándolo-todo y evitando, en lo posible las piedras; a la derecha de la pedrera salen las trazas de una camino pero nosotros, a ¨las bravas¨ vamos por el centro, la pedrera nos lleva al Callejo Grande, aquí el terreno es menos pedregoso pero más empinado, dejando a la derecha la mole rocosa del ¨Diente del Oso¨, por la izquierda llegamos directamente a la parte más técnica e interesante de la ruta, con alguna trepada sencilla y un último repecho de unos 300 metros que nos lleva la cima (2.524 m.), la niebla nos impide ver gran cosa, sí aprovechamos, sin embrago, para comer y hacer unas fotos, el descenso lo hacemos por el mismo itinerario, eso sí la pedrera, ahora la descendemos a gran velocidad.



Tres Provincias, Pico Infierno y Peña Prieta

Partimos de Cardaño de Arriba, desde el mismo parking en que sale la ruta del Pico Murcia, la senda sale del mismo aparcamiento y está señalizada por un cartel hasta el Pozo Lomas, pasamos por una pequeña fuente y por un puente de hormigón, el cual cruzamos, a la izquierda sale el camino que lleva al Pico Murcia, nosotros seguimos de frente, pasamos por unos prados en los que pastan apaciblemente las vacas autóctonas, el camino progresivamente se va haciendo más duro por el desnivel a salvar hasta que llegamos a las cercanías del Pozo Lomas, sin detenernos, seguimos avanzando y divisamos ya las Agujas de Cardaño y nuestro futuro más próximo: el paso por otra hermosa pedrera con un importante desnivel que discurre entre las Agujas, superando este tramo, con algún jadeo que otro, una praderita nos lleva a la arista cimera dejando las Agujas a la izquierda, ahora, el viento nos empieza a golpear pero continuamos, con nuestro primer objetivo ya a la vista y el panorama aquí ya es espectacular, llegamos a la cima del Tres Provincias (2.497 m.) y las vistas son magníficas, pero el viento nos golpea con crudeza, así que nos ponemos el material textil del que disponemos y continuamos por la arista rumbo a Peña Prieta (2.536 m.), las vistas desde la arista son espectaculares hasta que llegamos a la cima del Peña Prieta, donde divisamos el imponente Espigüete, el Curavacas y los pIcos de Europa, nos parapetamos del viento descendiendo unos metros y contemplamos el paisajes admirados unos minutos y luego seguimos nuestro camino. Almu se da cuenta de que nos hemos dejado una cima por el camino entre el Tres Provincias y el Peña Prieta, se trata del Pico Infierno (2.537 m.), así que, siguiendo a Almu lo coronamos, unas fotitos y descendemos, "aquí no hay quien pare", en el descenso me adelanto, pasada la arista cimera Almu intuye el camino del Alto del Tío Celestino, más fácil de ascender y descender, y con nuevas vistas para disfrutar pero yo ya estoy en la pedrera, así que me siguen y nos detenemos, ahora sí, en la laguna del Lomas para comer, pero antes yo decido darme un chapuzón en las no tan gélidas aguas del Pozo Lomas, ante las atónitas miradas de Almu y Mónica, cuando salgo del agua el viento me hace sentir el punzante frío en toda la superficie de mis castigados huesos, nos acabamos los tupper y a caminar para entrar en calor, como en el resto de las rutas cuando estamos terminando, el cielo está más despejado que nunca y el tiempo es magnífico. Esta última ruta, con un cielo despejado, a pesar del viento, fue posiblemente la que más nos gustó.