domingo, 27 de noviembre de 2011

Desentumeciendo los músculos por la Barranca

El nuevo fin de semana me planteaba una duda existencial montañera: ¿conferencia de Carlos Soria en Moralzarzal o ruta dominical por la sierra de Madrid? Los casi tres meses largos que llevaba sin subir a realizar ningún recorrido me resolvieron el dilema.

En esta ocasión nos presentamos Jose, Pepe y yo en el aparcamiento de la Barranca un poco antes de las 10 de la mañana de hoy. Allí encontramos mucha gente aunque durante el recorrido tuvimos suerte y pudimos disfrutar de una jornada más bien tranquila.

De La Barranca 27 de noviembre de 2011

Desde el aparcamiento emprendimos una ascensión a ritmo tranquilo hasta el Emburriadero, a 1962 metros, desde donde divisamos el Puerto de Navacerrada y la cima de Bola del Mundo. No se observa prácticamente nieve en esta cara. Sin embargo, sí que se apreciaba un buen paquetón de nieve en Gredos, perfectamente visible durante esta mañana.

Una vez allí decidimos ignorar el camino de la Tubería y realizar la Cuerda de las Cabrillas con el objetivo de ir pasando por todas las cumbres secundarias que nos íbamos encontrando. Todas ellas sencillas de atravesar.

De La Barranca 27 de noviembre de 2011

Una vez llegamos a Peña Horcón, descendimos hasta el Mirador de las Canchas para reponer fuerzas allí. Y ya luego desde aquí vuelta al aparcamiento por la Senda Ortiz. En definitiva, una jornada bonita, tranquila y sobre todo sencilla para volver a coger ritmo de cara a otras rutas más exigentes.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Por las cumbres de la Barranca (Sin visibilidad, sin GPS, sin sentido común)


El pronóstico meteorológico era tajante: el sábado 19 de noviembre iba a hacer un tiempo de perros.
No obstante, Pablo y yo, enloquecidos –él por llevar encerrado semanas debido a una lesión en la espalda y un servidor por el último extracto de la tarjeta tras la compra de mi nuevo material -, decidimos subir al monte.

Entre La Barranca y la fuente de la Campanilla, el tiempo nos permitía cierta comodidad. No llovía y el frío no era excesivo. La niebla y la indefinición de los primeros metros el camino nos dificultó un poco enfilar el sendero del arroyo. (Pero “matorraling” el justo, Jesús no estaba).
Pablo tenía ganas de ver esa preciosa subida al collado del Pluviómetro…y con las ganas se quedó porque la visibilidad se reducía a poco más de 20 metros.

Ya en el collado del Pluviómetro o del Piornal, (o de la catedral de Burgos porque no veía un carajo), tuvimos la conversación más surrealista (léase "gilipollas") que se podía tener en esas circunstancias:

-Tendría que haber traído el GPS.
-Ah, pues yo contaba con ello.
-Pero, Dani ¿tú no conocías el camino?
-Sí, pero sin niebla.

Afortunadamente, nuestro instinto de supervivencia nos devolvió el sentido común: sacamos mapa y brújula, recordamos ese lugar mil veces visto y aprendimos a seguir hitos y huellas en Braille.

Junto a la Maliciosa, nos resguardamos un poco de la ventisca y probamos el único bocado de toda la ruta. Gracias al dedo escaso de nieve pudimos volver siguiendo huellas propias y ajenas.

Por intuición localizamos el pluviómetro, lo que nos orientó hacia la subida a la Bola del Mundo. Y por una vez, la cima que da nombre al grupo no nos engañó con su falsa proximidad…no la vimos hasta tocar la valla.

La ventisca era fuerte pero "limpia" -al no hacer demasiado frío, no lanzaba partículas heladas-. Seguíamos tirando de memoria e intuición. La cafetería de Guarramillas no se identificaba desde la pista, pero la alcanzamos para poder reequiparnos con impermeables y guantes secos.

Localizado este punto de referencia, contamos sobre el mapa las curvas de la pista hasta situar el desvío a las Cabrillas y a la senda de la Tubería. Los hitos estaban bien puestos, especialmente el que indicaba el giro hacia la suave y segura senda (no estaba el tema para crestear).

Con la tranquilidad de tener la vuelta garantizada por un terreno cómodo, pudimos darnos cuenta que el viento, la niebla y el agua acumulada en la vegetación nos estaba calando hasta la ropa interior.

Como desde el mirador de la Barranca no había nada que mirar (ni el propio mirador) tiramos por la pista hasta el desvío de la senda Ortiz. La indicación de dicho desvío se veía como siempre…mal, porque al funcionario de turno no se le ha ocurrido pensar que los caminos se hacen en dos direcciones.

Los últimos tramos sobre pista hasta el coche ni sufríamos ni padecíamos, la clave era no parar.

Conclusiones:

1º- El cuerpo de Pablo, poco a poco, vuelve a ponerse a punto. Miedo me da.

2º- Mis primeras semirrígidas, las Bestard Crossover, son estupendas en pedregales resbaladizos. Los pantalones Trango con Windstopper protegen muy bien y la mochila Millet es muy cómoda…pese a no ser naranjas.

3º- Goyo, además de ser muy majo, es muy listo… porque, al ver desde su confortable casa que jarreaba en Cercedilla, pasó de tomarse unas cañas con un par de descerebrados.

viernes, 18 de noviembre de 2011

La Alcazaba , 3371 metros

Años atrás nos daba por visitar año tras año Sierra Nevada durante las vacaciones de Semana Santa. El buen tiempo estaba asegurado (o casi) para al menos alguna jornada. Hay que aclarar que no siempre sucedió exactamente así, pero es cierto que algunas jornadas podían ser aprovechadas aunque sólo fuera la mitad del día.

En estos viajes fuimos cubriendo varios de los picos más representativos de esta sierra, como el Mulhacén o el Veleta, pero siempre nos fijamos en la hermosa silueta de la Alcazaba. A esto había que añadirle el componente de dureza que significaba realizar esta ascensión del tirón, sin refugio de por medio ni nada parecido. Aquel estilo era el que más utilizábamos en aquellos viajes, para aprovechar mejor las ventanas de buen tiempo. Eso sí, terminabamos las jornadas machacados. De hecho en la presentación de fotos se puede ver como David acaba la ruta con la rodillera. No en vano, son cerca de 2000 metros de desnivel, tanto de subida como de bajada.

En esta ocasión, partimos de la localidad alpujarreña de Trevélez, en la casa en la que nos estuvimos alojando durante varios años consecutivos de viajes al sur de la Península. Buenas fiestas nos montábamos en aquella casa, aunque algún año pasamos pelín de frío. Desde allí, madrugón de impresión incluido, realizamos el día 10/04/2009 el ascenso y descenso a la cumbre de la Alcazaba. Os dejamos las fotos.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Cañón del Río Lobos

Como el cuerpo por ahora no me da para más, aquí os dejo una breve entrada de la escapada que hicimos por tierras sorianas mi hermano Vicente y yo el fin de semana pasado. Para los que conozcáis la ruta, sabréis que aunque muy sencilla y practicamente llana, es realmente bonita, más aun en otoño. Nosotros hicimos un recorrido de algo más de 19 km desde el parquin de entrada hasta el Puente de los Siete ojos y vuelta, aunque creo que se puede alargar hasta los 40 km ida y vuelta. Espero que os guste.



También nos dio tiempo a acercarnos a la Laguna Negra. La idea era subir hacia el Urbión tanto como mi espalda y el tiempo nos dejaran pero, como podeis ver en las fotos, no hubo manera de llegar más allá del mirador sobre la laguna. Más arriba el viento y la niebla nos decidieron a cambiar la ruta por una ración de torreznos en Vinuesa.

martes, 8 de noviembre de 2011

V Carrera Solidaria BBVA

Domingo 6 de Noviembre de 2011. Ya tocaba alguna carrerita después de un largo tiempo parados.
Y para la ocasión nos juntamos un grupo de corredores experimentados en carreras de 10 kms, Maranta, Nadia y un servidor, junto con otros que se enfrentaban a dicha distancia por vez primera, Yoly, Gabriela e Iván. La carrera elegida, la popular carrera que todos los años organiza el BBVA con fines benéficos.

El día se presentó frío de inicio, pero sin nubes. Era un verdadero placer cuando los rayos del sol nos daban de lleno en algunos puntos de la Castellana. Por lo demás, lo previsible. Mucha gente y pocas opciones de marcar buenos tiempos. Había que conformarse con firmar una buena participación y disfrutar de un día de deporte por una causa solidaria. Y el resultado fue un éxito completo, pues todos lograron finalizar la prueba sin problemas.

A ver si repetimos pronto!