jueves, 10 de octubre de 2013

Castillo de Acher (2384 m) desde el puente de Oza

Desnivel acumulado: 898 m
Distancia: 13,23 km
Dificultad: fácil
Tipo de recorrido: lineal

Como estaba previsto, por la tarde llegamos el resto del grupo al albergue de Hecho para unirnos a Manu y Nadia en la ascensión al Castillo de Acher y a alguna propina para el domingo que aun estaba por decidir. 



 A la mañana siguiente, sin madrugar demasiado, que para eso estábamos en veranito, nos dirigimos hacia el puente de Oza por la sinuosa carretera de la Boca del infierno. Pasado el puente, junto al campamento de Ramiro el Monje comienzan las indicaciones del camino al Castillo sin mayor dificultad que el espeso barro rojo que se había formado por las fuertes tormentas de los días anteriores y que, conservado por la espesa umbría de la Selva de Oza, convertía alguno de los tramos en una pista de patinaje.



El camino prosigue por el bosque en continua subida aproximadamente hasta la cota 1600 en la que, repentinamente se interrumpe para dar paso a la zona despejada de Peña calva y a las espectaculares vistas del murallón del Castillo a nuestra izquierda y del Puntal de Lenito detrás nuestro.

Continuando por la estrecha senda que cruza esta zona de pastos, pronto divisamos a nuestra derecha la cabaña forestal del refugio del Castillo, mientras a nuestras espaldas va surgiendo la línea de cumbres del Lenito, Alano, Pedraforca, etc...


Un poco más arriba decidimos hacer una pequeña parada para comer algo y contemplar el paisaje. Desde este punto hay dos opciones para ascender a la cima del castillo. Nosotros elegimos la más sencilla que accede a la muralla del castillo por una brecha situada al SW y en la que apenas hay que echar las manos para progresar.


Alcanzada la parte alta de la brecha, se abre ante nosotros la curiosa meseta kárstica  que compone el valle inclinado que hace tan peculiar este pico y que aún conservaba unos cuantos neveros donde descansan de la solana unos cuantos rebecos. Ahora giramos hacia nuestra derecha bordeando la fácil cresta del valle hasta encarar las cortas rampas que ascienden a la cima situada justo al otro lado de la salida de la brecha que da acceso al valle.  Desde arriba, el estupendo tiempo que nos acompañó durante todo el día nos premió disfrutar de las amplias vistas que incluían los cercanos Petrechema, Bisaurín y, algo más entre la bruma,el Midi d'ossau y las primeras cumbres del valle de Tena.


La bajada la hicimos tranquilamente por el mismo camino con parada incluida a las orillas del Aragón Subordán donde aprovechamos para remojarnos los pies antes de volver al coche y a nuestro merecido homenaje cervecero.


A la mañana siguiente tocaba la punta de Agüerri, pero desde el principio se nos torció la cosa con algunas lesiones e indigestiones varias que nos hizo replantearnos la jornada, que al final se quedo en un agradable paseo hasta el refugio de Gabardito con piscolabis incluido y sesión de fotos a la impresionante colección de mariposas y bichos raros que encontramos por el camino.