viernes, 13 de diciembre de 2013

Tour por los circos del Pirineo: Tromouse-Estaube-Gavarnie IV

Cuarta jornada: Gavarnie

La mañana siguiente no nos trajo mejores noticias que la tarde anterior. Al alzar la vista entre la lluvia hacia el refugio de Sarradets,nos topamos con una espesa capa de nubes que no animaban demasiado a pasar la noche al raso, más teniendo en cuenta que en Serradets es misión casi imposible encontrar sitio por esas fechas sin reserva previa, a parte de que no parecía la mejor opción intentar remontar cargados como mulos y con la piedra mojada el paso de la Échelle de Serradets.

Resignado a no terminar nuestro proyecto y bien pertrechados con la información que pudimos recoger en la oficina de turismo de Gavarnie, intentamos poner buena cara al mal tiempo y buscar opciones que nos ayudaran  a pasar el día. Después de descartar los paseos más largos debido a la lluvia, por fin nos decantamos por acercarnos a los picos de Tentes y Pahule, desde los que hay unas espectaculares vistas de la cascada de Gavarnie. De ahí, dimos otro corto paseo al puerto de Bujaruelo y completamos la jornada con una lluviosa visita a Luz-Saint-Sauveur.


 

Quinta Jornada: Pimené desde Gavarnie (2801m)

Desnivel: 1500 m
Distancia: 20 km
Dificultad: duro físicamente pero fácil técnicamente. Sencilla cresta final




Ya que no podíamos terminar el tour tal como lo habíamos planeado, Jesús y un servidor decidimos que no podíamos dejar Gavarnie sin, por lo menos, subir algún pico que mereciera tal nombre.
Aprovechando que el Pimené figuraba como uno de nuestros objetivos en el proyecto del tour, decidimos que sería una buena forma de matar dos pájaros de un tiro, más aun después de haber admirado el día anterior su hermosa silueta  desde el pico de Tentes.


Por su parte Irene y David, decidieron plantearse algo más tranquilo para no maltratar demasiado la rodilla de Irene, que aun seguía algo tocada. De este modo nos pusimos de acuerdo para ir juntos hasta el Hotellerie du Cirque, donde nosotros pondríamos dirección al Pimene mientras Irene y David se acercarían a la base de la Cascada para luego subir a Espugettes a comer con la intención de juntarnos todos en la bajada, aunque al final terminamos bajando cada uno por nuestro lado.


La ascensión no tiene mayor dificultad que la propia del desnivel y a cambio ofrece unas preciosas vistas sobre todo el entorno, empezando por el interesante camino que parte del Hotellerie du Cirque y que recorre el bosque d'Arribama hasta la Cabaña de Pailla. Desde aquí, el bosque se despeja para dejar paso a las praderas desde las que se alzan las imponentes paredas de los Astazu y a sus pies el refugio de Espugetes.
Una vez alcanzado el refugio solo hay que retomar el camino que asciende  a la Hourquette d'Alans desviándonos a medio camino hacia la izquierda siguiendo las indicaciones del Petit Pimene.


Tras un largo tramo de zetas, alcanzamos la arista del Petit Pimene desde la que se puede observar el último tramo hasta la cima. Primero por el lado derecho y luego continuando por la cresta, se alcanza la cima de Pimene, desde el que se pueden disfrutar de una interminable panorámica que abarca desde las llanuras del sur al camino recorrido por los circos de Tromouse, Estaube, Gavarnie y toda la linea de cumbres, desde el Pic Long, Monte Perdido, Marboré, Astazu, Taillón, Vignemale etc...


 

Sexta Jornada: de vuelta a casa


 Puesto que ya no tenía mucho sentido intentar ninguna de las etapas que aun nos restaban, decidimos adelantar la vuelta un día y pasar la noche en el lado español, pensando ya en acortar en lo posible el largo camino que aun nos quedaba de vuelta. Una vez plantamos la tienda en el camping de Escarra, decidimos dedicarnos a una nueva actividad que apenas solemos permitimos en nuestras visitas pirenaicas: "TURISMO". Empezando por Sallent de Gállego, continuando por Lanuza y terminando en Biescas con una buena sentada de raciones y cervezas.



Pero ya se sabe que cuando uno sale a la montaña, la cosa nunca queda ahí. De hecho, salir a la montaña no es más que la búsqueda de una justificación para volver de nuevo. En este caso ni siquiera fue el relativo fracaso de nuestro viaje lo que nos obliga a volver al Pirineo francés. Lejos de repetir, es el propio viaje te empuja irremisiblemente a nuevas obsesiones. Para nosotros, la próxima surgió de entre la niebla en la carretea que une los puertos de Aubisque y Soulor, y se llama Grand Gabizos. "Me se ponen los pelos como escarpias solo de recordarlo..."