En esta ocasión, de nuevo los caprichos meteorológicos nos obligaron a cambiar una travesía en Pirineos por otra 1000 km más al sur, buscando algún hueco libre de tormentas en el mapa de la Península. Desde luego, agosto puede no parecer la mejor época para meterse una paliza de este calibre más abajo de la sierra de Guadarrama, pero ya se sabe que cuando las ganas aprietan….
Primera jornada:
De este modo, el pasado viernes 12 pusimos rumbo al soleado sur Jesús y un servidor para pasar noche en el pueblo de Güejar Sierra, desde donde parte la Vereda de la Estrella. Con un sol de justicia que nos acompañaría durante todo el fin semana, partimos el sábado 13 del Barranco de San Juan, no sin antes tomar buena nota de unos interesantes consejos que nos dio un paisano sobre las bondades sexuales de las aguas ferruginosas de la sierra (fuera cierto o falso, el caso es que, con el lorenzo pegando todo el fin de semana de mala manera, nos pusimos tibios de agua de la zona, así que.... ya os conataremos je,je) El comienzo de la vereda es bastante llano y transcurre plácidamente por la vertiente derecha del rio Genil entre encinas, robles y eucaliptos. Para nuestra sorpresa tanto el Genil como el resto de arroyos y torrentes que van a parar a él, bajaban bien surtidos de agua dibujando pequeñas trazas de color verde sobre el amarillo intenso de los prados requemados por el sol.
De Mulhacen-Vacares I |
Como nuestra intención era hacer un recorrido circular para tener una buena visión de la zona, nos desviamos en el puente de los burros para ganar metros rápidamente y poder ver de este modo todo el fondo del valle por el que regresaríamos al día siguiente. Poco a poco, y con la espectacular vista del Mulhacén y la Alcazaba al fondo, fuimos remontando por parajes de evocadores nombres como: la Cuesta de los Presidiarios, Majada de los Asesinos y Loma del Calvario. Especialmente ajustada a la realidad es la denominación de la Loma del Calvario que nos hizo sudar la gota gorda hasta alcanzar el Prado de la Mina, donde comenzó a correr una agradable brisilla que nos hizo algo más soportable el resto de la jornada. De aquí al collado de Vacares ya solo queda ladear por un camino bien marcado donde las lomas peladas dejan paso a los enormes canchales de alta montaña y a la laguna de Vacares. La subida al Puntal se hace por el lado izquierdo sin más dificultad que el calor y el castigo que supone acarrear la mochila sobrecargada durante tanto tiempo.
De Mulhacen-Vacares I |
Aunque nuestra primera intención era subir a la Alcazaba desde la misma cuerda, no hubo manera de encontrar el supuesto camino que aparece en el mapa de Penibética y que da acceso a la cima de forma directa desde el Puntal del Goterón. Como la otra opción era dar un gran rodeo por los tajos del Goterón hasta enfilar la loma, y puesto que ya conocíamos la cima de una anterior visita, decidimos ir directamente hacia la Laguna de la Mosca por el balcón natural que transcurre por el Vasar de la Alcazaba. Sin duda es a partir de aquí donde el esfuerzo merece la pena de verdad, tanto por las espectaculares vistas del valle como por el imponente muro de roca formado por la línea de cumbres de la Alcazaba al Mulhacén y, sobre todo, por el pequeño oasis verde que supone la Laguna de la Mosca entre el inmenso caos de roca que la rodea.
De Mulhacen-Vacares I |
Una vez en la laguna, tuvimos la gran suerte de encontrar un idílico abrigo para nosotros solos en un prado que queda un poco apartado y por encima de esta. Aunque un rato después nos vimos rodeados por un par de grupos de montañeros y unas cuantas cabras que encontraron el prado igual de atractivo que nosotros. Después de meter un rato los pies en las chorreras de salida de la laguna, yo solo nos quedaba olgazanear un buen rato tirados a sol hasta la soñada hora de la ¡¡¡¡FABADA!!!!
Segunda jornada:
Después de una noche con un cielo espectacular, y en la que gracias a nuestros vecinos caninos no dormimos todo lo bien que hubiéramos deseado, nos despertamos ya con bastante luz y recogimos el vivac para empezar la subida al collado del Ciervo. Una subida con piedra y arenilla suelta, no demasiado larga.
De Laguna de la Mosca - Mulhacen - Vereda de la Estrella |
Esta era la primera vez que subíamos al Mulhacén sin nieve, y desde el collado del Ciervo casi ni reconocíamos el camino que recorrimos la primera vez que subimos hasta el techo peninsular (esta era ya la 4ª vez en la cima). Con las zetas del camino bien visibles, la subida se hacía menos dura que con nieve, y encima con la aclimatación de haber dormido a 3000 metros, casi ni nos enteramos de la subida.
En la cima, como siempre, mucha gente. Estuvimos un rato en la cumbre haciendo las fotos pertinentes y volvimos al collado del Ciervo medio corriendo, buscando un poco de soledad. En la laguna de la Mosca rellenamos cantimploras y comenzamos la bajada, casi vertical al comienzo, que nos dejaría primero en el prado de las Víboras y después en la Vereda de la Estrella.
De Laguna de la Mosca - Mulhacen - Vereda de la Estrella |
La bajada se hizo interminable, por lo larga y por la gran cantidad de desnivel. Los pies y las rodillas acabaron un poco perjudicados.
Una vez en el Barranco de San Juan nos tomamos la merecida recompensa compartiendo una agradable conversación con el mismo paisano que nos encontramos el día anterior al comenzar la ruta.
De Laguna de la Mosca - Mulhacen - Vereda de la Estrella |
Como resumen, el primer día hicimos 2200 metros de desnivel positivo, y el segundo 2500 de desnivel negativo y con un calor sofocante. Menos mal que agua no nos falto.
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