Concluida casi oficialmente la temporada de nieve en nuestra última visita a tierras leonesas, no podíamos quedarnos con los brazos cruzados añorando tiempos pasados, así que este fin de semana nos pusimos manos a la obra para inaugurar casi oficialmente (algunos ya nos adelantamos hace un par de semanas) la temporada de escalada.
Como dicen que en la variedad está el gusto, en esta ocasión, Maranta, Dani y un servidor decidimos abandonar nuestras habituales tendencias pedriceras y aventurarnos en la zona del Vellón asesorados por Taber y David, dos consumados conocedores de este peculiar mundillo de la caliza, el desplome y los agarres como cazos.
Tras unos primeros momentos de desconcierto al comprobar que nuestro concepto de verticalidad andaba un poco atrofiado, comenzamos a adaptarnos a una nueva y fascinante forma de soltar adrenalina, para la que es necesario reformular una serie de ideas que ya dábamos por verdades absolutas:
1. Los brazos en escalada sirven para algo más que para alzarlos al cielo dando gracias al patrón de la goma cocida.
2. El término "garbanzo" no existe o mejor dicho, no sirve para nada. Aquí se llaman presas y se alcanzan estirándose mucho, no acariciando la roca hasta sacarle brillo. Del mismo modo, una fisura no merece tal nombre si no te cabe la mano hasta el reloj. Cuestión de matices....
3. Taber y David aseguran que para escalar aquí no hace falta fuerza; que es todo cuestión de técnica. Yo no digo que no pero, miraras donde miraras, no veías más que un montón de señores y señoras cuadrados soltando unos gritos que..., ¡¡ni en la consulta de un dentista!!
En definitiva: mucho cansancio, mucho miedito y mucha diversión. Al final, con más o menos dignidad (lo digo por los tres no iniciados) terminamos por sacar seis vías que iban del IV+ al 6a en los sectores de las Placas y los Bloques.
- Chapas tri roc, V+
- Diedro patatín patatán, IV+
- El misterio de las zapatillas de Gaspar, V
- Mi pequeña dama, V+
- Sigurney, 6a
- Chino, 6a
Como premio a tanto esfuerzo, Taber nos obsequió con una pequeña tourné por los grifos de cerveza más recomendables de Pedrezuela.
¡Bonitas fotos! Quién pudiera...
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