lunes, 26 de diciembre de 2011

Sudeste clásica en "semiseco"

Pues si, otra vez la Sudeste a Peñalara, pero esta vez en buena compañía y con un sol radiante, no como el año pasado. Lo cierto es que, haciendo honor a su nombre, ya va camino de convertirse en una clásica del grupo, y no me extraña porque cada vez que me acerco por allí, me lo paso mejor.

En esta ocasión la idea no era otra que acercarnos a Cotos para ver si aun quedaba algo de nieve que echarse a las botas y, de paso, hacer un poco de hueco para los turrones de Nochebuena. Así que hacia allí nos encaminamos el día 24, con madrugón de por medio, Dani, Marcos, Taber y un servidor.

De Buzón


La caminata comenzó de una forma un tanto extraña, con la compañía constante de un par de helicópteros que nos tuvieron entretenidos un buen rato entre fotografías y elucubraciones sobre el motivo de tanto vuelo rasante. A la vuelta nos enteraríamos que semejante despliegue se debía a la desaparición de un montañero el día anterior y que, por desgracia, resultó muerto al sufrir una caída en el lado segoviano.

De Buzón

Una vez que alcanzamos la entrada del corredor que da acceso a la Sudeste, pudimos comprobar que lo de pisar nieve iba a ser complicado pero, ya que estábamos allí, no perdíamos nada por darle un tiento, aunque fuera en seco. Al final tampoco resulto ser una ruta precisamente seca porque casi todo el recorrido estaba tapizado de una estupenda y acongojante capa de hielo que, aparte de hacer la trepada la mar de entretenida, por momentos nos puso la cosa un poco comprometida.

De Sureste clásica II


Tras superar la primera parte del recorrido y un par de buenos resaltes a pelo, al llegar a un pequeño rellano, decidimos dejar de tentar a la suerte y aliviar un poco de tensión calzándonos los crampones.
A partir de aquí se nos planteaban dos variantes: la más directa y con más nieve, que sale al colladito que hay después de la cumbre; o la de la izquierda, más empinada y delicadilla. Como fuera que a esas alturas ya le habíamos cogido el gustillo a las escurridizas placas de hielo o las descargas de adrenalina, decidimos que, ya metidos en faena...

De Sureste clásica II

Y a fe nuestra que dimos en el clavo porque, “mieditis” a parte, disfrutamos como enanos con dos estupendos canalones de hielo-nieve y sus correspondientes resaltes, que nos obligaron a practicar un poco de eso que llaman "drytooling" y que suena tan profesional.

De Sureste clásica II


Después de un pequeño tentempié en la cima, decidimos bajar a Becerril donde nos esperaba Eva para comenzar la segunda parte de la ruta a base de una generosa ración de botellines y cachondeo, que por poco nos hacen cambiar eso de la Nochebuena en familia para pasarla por ahí arriba acodados en la barra del bar.

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