domingo, 19 de febrero de 2012

Por la cuerda del Mondalindo

De Mondalindo

Después de unas cuantas salidas a la nieve con temperaturas polares, ya iba haciendo falta, para variar, alguna rutilla fácil, relajada, en seco y soleada. Por supuesto, una cosa son los deseos y otra muy distinta nuestras rutas...

Pese a que algunos mirábamos de reojo la nieve que todavía se acumula en las partes altas de la sierra, el sábado 18 decidimos encaminarnos hacia la parte baja del valle del Lozoya en busca de una pateada que respondiera a nuestras nuevas necesidades. En esta ocasión el elegido fue el Mondalindo que, pese a ser una de las cumbres más pisadas de la sierra, no lo es tanto para el grupo, que apenas se ha acercado un par de veces por la zona.

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Pero todo no puede ser, así que, si ya teníamos una ruta sin nieve, soleada y con poco desnivel, algo había que hacer para que la cosa no se quedara en una "fácil ruta mañanera". Y lo único que se nos ocurrió para animar la cosa, fue hacer bulto metiéndole unos cuantos kilómetros de más.

Con tan sana intención, nos juntamos Maranta, Manu, Jóse, Dani y un servidor. En esta ocasión disfrutamos también de la compañía de David - si, otro David más en el grupo -, compañero de Dani con el que, por supuesto, contamos para nuestras futuras ocurrencias.

De 134_1802

A las nueve y media partimos de Garganta de los Montes en dirección a la Ermita de Nuestra Señora de los Prados por una cómoda pista que va ganando altura entre pinares hacia la cuerda del Reajo y Peña Negra. La idea era subir directamente al collado del Mondalindo pero, algún despiste que otro nos hizo salir a la altura del Reajo, lo que contribuyó definitivamente a hacer la ruta todo lo larga que ¡¡estábamos deseando!!

De 134_1802

Siguiendo la cuerda alcanzamos Peña Negra, desde donde pudimos comenzar a disfrutar de las vistas de las cumbres nevadas de Peñalara, Montes Carpetanos e incluso el Pico del lobo. Después de cruzarnos con algún motorista que otro haciendo el cafre por la zona, por fin alcanzamos el vértice del Mondalindo, acompañados por una numerosa excursión de las que habitualmente ascienden desde Bustarviejo.
Tras un par de avísos estomacales, decidimos estirar un poco el repostaje hasta Collado Abierto, donde encontramos unas soleadas praderas donde dar buena cuenta del bocata.

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Una vez repuestos, enfilamos la bajada por el Arroyo de Matayana buscando las trazas del sendero que llega a Canencia. Entre matojos y charcos, decidimos hacer un pequeño desvío para ahorrar algo de tiempo y que, sin quererlo, nos permitió disfrutar de unas impresionantes placas de hielo, testimonio de la que debe haber caído por la zona en los últimos días.

Con las piernas pidiendo tregua, ya solo nos quedaba remontar el collado de Peña Gorda desde Canencia para bajar, entre robledales, a Garganta de los Montes, donde literalmente SUCCIONAMOS unas cervecitas antes de poner rumbo a Madrid.

Nos vemos en la próxima!!!

1 comentario:

  1. Una ruta para todos los públicos. Esta claro que el que no hace monte es porque no quiere

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