martes, 13 de marzo de 2012

Una ruta primaveral por Siete Picos

Sin duda, estos días estamos teniendo un tiempo excepcionalmente bueno para las fechas que son. Por una parte nos resignamos ante la acelerada desaparición de las escasas reservas de nieve que aún quedan, pero por otra este ambiente primaveral nos invita a salir a la sierra a disfrutar del aire libre.

Hacía ya bastante que no nos juntábamos tantos para hacer una ruta, pero el buen tiempo, la reincorporación de Jesús tras superar sus dolencias de espalda, la presencia de nuevos amigos y el nombre "Por ahí va a subir quien yo te diga" de la ruta propuesta fueron suficiente reclamo. Así pues, allá que fuimos al apeadero de Camorritos Pablo, Jesús, Eva, Marcos, Jose, Maranta y un servidor, así como Mateo, Fernando y Marcial que no se sintieron intimidados por el nombre de la ruta y se arriesgaron a probar suerte y debutar con nosotros...

Como buen domingo que era, no obligamos el madrugón y empezamos la ruta sin prisas pasadas las 10 de la mañana con intención de subir a Siete Picos por la Senda Herreros. Lo que muy pocos sabían era que estaba previsto tomar una variante aún más divertida que la propia Senda por uno de los corredores de la ladera sur (uno que lleva directamente entre los picos primero y segundo contando desde el Puerto de Navacerrada, variante que, dicho sea de paso, improvisamos Jesús y yo unos meses atrás cuando salimos de ruta con dos amigos, gustosos ellos de rutas tranquilas y sin sobresaltos, y fueron éstos los que bautizaron la ruta con tan singular y apropiado nombre una vez que, sin saber cómo, consiguieron completarla con éxito tras pasar algún que otro apuro...).

Ya en el desvío tras dejar la Senda Herreros no nos quisimos privar de nada y disfrutamos de lo lindo trepando por las rocas, atravesando espesos matorrales espinosos, progresando como las cabras por empinadas pedreras e incluso también pisando algo de barro y nieve cuando se presentaba la ocasión. Hay que señalar que los nuevos se portaron como jabatos y que a pesar de los reniegos, maldiciones y juramentos reconocieron que, arañazos y magulladuras aparte, se lo habían pasado genial (o al menos eso nos dijeron y buena señal es que no hubo ningún linchamiento después...).

Una vez en la cuerda de Siete Picos hicimos una paradita para contemplar las vistas y tomar un breve refrigerio. Al poco proseguimos por la cuerda en dirección al Collado Ventoso. Cabe decir que tuvimos que ir con mucho cuidado pues encontramos bastante hielo y nieve en las umbrías que dan al norte. Pero bueno, poco a poco fuimos avanzando por la cuerda sin mayores problemas y pasamos un buen rato con la nieve que encontramos entre los pinos bajando hacia el collado.

Antes de llegar al collado tomamos una variante que lleva al pico de Majalasna. Allí subimos y nos quedamos un buen rato aprovechando para comer, charlar y tumbarnos un rato al sol como los lagartos. De ahí bajamos directamente a la pradera en la que habíamos estado por la mañana para volver a Camorritos. Finalmente acabamos en Cercedilla donde seguimos charlando mientras nos agasajábamos con una merecida rehidratación tras tan deliciosa jornada.

Un xaludote

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