miércoles, 30 de enero de 2013

Una clásica (la sureste de Peñalara) para la Antología

  Veintitantos de enero y algunos miembros del grupo todavía no nos hemos estrenado este año, así que cuando Pablo propone hacer la Sureste Clásica de Peñalara, enseguida nos apuntamos O Taber y su colega, nueva adquisición del Bola, Carlos, David B., Pablo, el retornado del grupo Manu, que últimamente nos tiene un poco abandonados y servidor, Giuse.

  Salimos de Madrid el viernes 25 y hacemos nuestra primera parada en Valdesquí a las 21:30 para alojarnos en el refugio del Pingarrón. Los conductores nos damos un paseo extra para dejar los coches en el parking de Cotos, que no está precisamente desocupado, a esas horas y a hay varias roulottes allí apostadas. Ya en el Refu, nos avituallamos con caldo, vino y orujo de café (cortesía de Taber, comprado en Galicia cuando fueron al Peña Trevinca) y demás viandas típicas, luego un juego de mesa, fregar los cacharros y a sobar. Compartimos habitación con unos compis de alcoba con algunas dolencias buco estomacales y nos levantamos a las 6:45. Recogemos, desayunamos y nos ponemos en marcha a las 7:10. De camino a Cotos y por la carretera ya se acercan bastantes coches dirección Valdesquí, hacemos escarnio sobre la salud mental de sus conductores y de la nuestra propia y proseguimos la marcha. En Cotos vemos cómo el parking empieza a llenarse rápidamente y aún no son ni las 8.

  Nos ponemos en marcha pasando por el camino hacia la Laguna de los Pájaros y aquí ya empieza el espectáculo cuando el amanecer nos regala una luz anaranjada, como de otro planeta, que hace las delicias, especialmente, de los que somos más frikis de la fotografía. La nieve está blanda así que no hace falta ponerse los crampones todavía. En algunos tramos sufrimos el ataque de vientos racheados que entorpecen nuestro avance por lo que las paradas son escasas.



  Alcanzamos el inicio de la Canal Sureste Clásica (PD+/350 m/55º máx) a la hora y media del inicio de la ruta. En este punto nos calzamos los crampones, Carlos por primera vez, con lo que requiere de unas indicaciones sobre su uso y manejo antes de comenzar la ruta. Nos hacemos una foto de grupo, unos frutos secos, chocolate, agua y p'alante. Pablo asume la responsabilidad de abrir huella y los demás le seguimos. La canal se compone de dos partes separadas por un pequeño plateau apto para descansar. En la segunda parte, después del plateau me pongo detrás de Pablo y tengo que decir que igual de espectacular que la propia canal es ver a Pablo disfrutando como un niño pequeño, hollando la virginal canal y buscando la máxima verticalidad, en unas condiciones de nieve realmente buenas, si bien alguien hubiera preferido que estuviera más dura. Casi llegando a la cumbre yo tengo un percance con un crampón que se me sale de la bota, pero con la ayuda de Pablo y uno de sus piolets salgo incólume.

 


  Ya en la cumbre, se nos acerca un joven con el semblante visiblemente preocupado y nos cuenta cómo su compañero se ha caído canal abajo casi desde lo más alto, observamos que el desventurado está con más gente y por si acaso O Taber llama al 112 y da parte del suceso. Se nos quita el hambre con la noticia pero comemos con más o menos desgana para recuperar energía para la bajada que hacemos por Dos Hermanas con un ´tocapelotivo´ viento que nos perjudicó a nosotros y más al helicóptero de rescate que no dejamos de ver en el cielo revoloteando de un lado a otro.


Entretanto Taber se entretiene haciendo un poco de escalada en hielo y ´refrescándome´ la cara mientras le fotografío




  Según vamos bajando, nuestro ´buen feeling´ de montañeros gozosos de haber ascendido una ´virginal´ Canal Sureste se va tornando en una incipiente sociopatía al ver nuestra querida montaña permutada en una masificada ludoteca. Llegamos al parking de Cotos y nos tiramos media hora para salir. La buena noticia es que el montañero accidentado está bien pese a la aparatosa caída y ya lo están bajando según nos comenta su propio compañero. Ya en la carretera vemos un reguero de coches ascendiendo al Puerto de Navacerrada ¡pobres ilusos! y súbitamente la catarsis espiritual que hemos experimentado en la Suereste Clásica se va al garete con la brutal vuelta a la mundana realidad, de manera que para quitarnos la pena nos dirijimos a Becerril a ahogar la pena en dorado y líquido elemento.


>
FIN


1 comentario:

  1. Passssada de fotos!

    Se reincorpora uno después de 3 meses de parón montañero y se mete en una como estas y es que le alegra la semana. Una de las mejores rutas que he hecho por Madrid!

    ResponderEliminar