miércoles, 17 de julio de 2013

A vueltas con el Almanzor

-Tipo de recorrido: Lineal
- Desnivel acumulado: 1100 m
- Distancia: 20 km
- Dificultad: moderada

Si, de nuevo el Almanzor. Ese oscuro objeto de deseo que nos ha traído de cabeza esta temporada, por fin ha decidido dejarnos hacer la foto junto a la cruz que lo corona, aunque no como hubiéramos querido: con nieve hasta la bandera y en invierno. Pero, como se dice por ahí, menos da una piedra, aunque un montón bien colocaditas una encima de otra dan, en este caso, toda una montaña que da gusto ascenderla en la época que sea.
Puestos a ser originales, esta vez decidimos abrir boca con un vivac por la zona de Hoyos que nos evitara el preceptivo madrugón para salir desde los madriles, así que, ni cortos ni perezosos, Maranta, Taber y un servidor, pusimos rumbo a Gredos a eso de las diez de la noche para plantar nuestras posaderas, y nuestros sacos de dormir, en las aun verdes praderas que bordean la carretera de subida a la plataforma.


A la mañana siguiente, un nutritivo desayuno en Hoyos y manos a la obra.
No es cuestión de repetir una ruta de ascenso que mil y una veces contada en foros, guías y conversaciones de montañeros. La cosa no ha variado mucho desde la última vez: la subida a los Barrerones siguen siendo igual de odiosa, tanto a la ida como a la vuelta; la laguna grande tan hermosa como siempre y el camino igual de trillado, incluso nos cruzamos con más gente de la que podríamos esperar en un día entre semana.


Esta vez por no haber, no hubo ni parada en el refugio a la ida. Directamente enfilamos hacia el camino de subida a la portilla del crampón con un sol que amenazaba con sacarnos hasta la última gota de sudor que nos quedara dentro. Por suerte, el impresionante invierno que hemos tenido este año y a no menos impresionante primavera, han hecho que los neveros de las partes altas sigan soltando agua a borbotones por cada hueco de la montaña, lo que nos permitió ir rellenando cantimploras sin mayor problema hasta casi la misma portilla.
La única dificultad de la subida la representó el gran nevero que aun quedaba desde la parte media de la canal y que, dado el pestoso estado de la nieve, nos obligó a calzarnos los crampones para evitar sustos. Una vez arriba, todo seco hasta la trepada a cumbre.


Pero como este año viene siendo costumbre, no hay ruta sin agua, así que nada más comenzar a trepar empezó un ligero chispeo con acompañamiento de unos poco tranquilizadores truenos. Sin pensarlo mucho, nos encaramamos a la cima encabezados por Taber con el tiempo justo para hacernos unas fotos mientras notábamos con auténtico canguelo como se nos erizaban los pelos de los brazos debido a la estática del ambiente.
Algo más tranquilos regresamos a la portilla para iniciar la delicada bajada del nevero mientras la lluvia hacía acto de presencia para refrescar el ambiente y, de paso a nosotros durante gran parte de la bajada al Elola, a donde llegamos deseando sacar el bocata que la tormenta nos impidió tomar en la cumbre.


Con la hora un poco justa, retomamos el camino con parada en la fuente de los Barrerones para echar un último vistazo a la Laguna grande mientras el sol, cada vez más bajo, se ocultaba pausadamente tras las cumbres del Circo de Gredos y nos invitaba a regresar para cumplir con otra cuenta pendiente: la integral del Circo.

¡¡¡Nos vemos en Gredos!!!


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