domingo, 28 de julio de 2013

Reconociendo la zona: ascensión al Puerto del Palo y al Pico Marmida


- Tipo de recorrido: Lineal
- Desnivel acumulado: 850 m
- Distancia: 12 km aprox
- Dificultad: fácil

Después de examinar la gran cantidad de posibilidades que ofrecía la zona en cuanto a recorridos senderistas, visitas a ibones y ascensiones clásicas, elegimos la ascensión al Puerto del Palo para, posteriormente, poder culminar el recorrido con alguno de los dos miles cercanos a este paso fronterizo. Era una buena forma de ir haciendo piernas para las ascensiones de días posteriores. No en vano, tanto Nadia como yo llevábamos ya un tiempo sin saber lo que significan 1000 metros de desnivel en las piernas y no era cuestión de que nos pilláramos unas buenas agujetas.

Salimos desde Siresa siguiendo la carretera a la Selva de Oza hasta que ésta termina. Entonces se continúa un par de kilómetros en dirección a Guarrinza, desviándonos por una variante que aparece a la izquierda descendiendo hasta un puente. Es ahí donde dejamos nuestro coche y comienza el recorrido.

Arrancamos en torno a las 09:00 horas y ya nos encontramos con bastante gente por la zona. Sobre todo destaca la gran cantidad de adolescentes cargados con amplias mochilas, sobre todo, cerca del río. Compartimos una pequeña parte del camino con las personas que van camino del Ibón de Acherito, otra de los recorridos mas destacados de la zona y que, dicho sea de paso, me quedé con ganas de completar.





El camino está en buenas condiciones y se encuentra perfectamente señalizado. En cuanto nos desviamos en dirección al Puerto del Palo, dejamos de encontrarnos con más gente. A partir de aquí, la única novedad son las vacas que pastan tranquilamente a ambos lados del camino y que nos observan con curiosidad. Nadia se asusta varias veces con ellas, pero lo cierto es que apenas nos prestan atención.

Observamos en la guía que manejamos que existe una antigua calzada romana visible determinadas zonas del camino, pero la verdad es que no se encuentra en buenas condiciones por lo que apenas es reconocible. Alcanzamos la cima del puerto a 1942 metros, después de una ascensión suave y solitaria. Aquí nos encontramos en un paso fronterizo que da acceso al Parque Nacional de los Pirineos, ya en Francia. Por lo que entendimos, desde aquí es muy típico el recorrido hasta el refugio de Arlet y otras travesías que enlazan varios refugios cercanos. 



Después de marear a un simpático montañero francés con la localización de las cimas más cercanas, decidimos esquivar la cima del Cotdoguy (2017 metros) para encarar directamente la Marmida (2079 metros), mucho más llamativa a nuestros ojos. Sin apenas dificultadades alcanzamos su herbosa cima y desde aquí nos tomamos las fotos de rigor. Desde aquí, destaca la cima de Lariste (2168 metros) que descartamos realizar después de acaloradas discusiones, ya que existen nubes importantes y no tenemos la seguridad completar de poder evitar la tormenta.



Regresamos por el mismo camino viendo como poco a poco va mejorando el día y nos plantamos en el aparcamiento después de unas 6 horas de ruta con paradas incluidas. Al llegar allí, nos da tanta envidia la gente que se refresca en el río que decidimos hacer exactamente lo mismo que ellos. 

Regresamos al albergue a esperar la llegada del resto del grupo prevista para esa misma noche.

miércoles, 24 de julio de 2013

Viaje a Pirineos Julio 2013


No hay duda. Año tras año, cuando llega el verano, Pirineos es uno de nuestros destinos preferidos. La razón es evidente: esta zona nunca defrauda. 

Este año, durante el mes de Julio, hemos realizado una visita al Valle de Hecho y la Selva de Oza. La idea era reunirnos en torno al fin de semana del 20-21 de Julio pero, aprovechando que algunos de nosotros contábamos con más de días de vacaciones, el viaje se alargó completando así algunos recorridos de los más chulos de la zona.

Como centro de operaciones elegimos el Albergue de Siresa. Siresa es un pequeño pueblo situado en el Valle de Hecho, muy cerca del núcleo principal del valle, el propio Hecho. Se trata del último pueblo antes de entrar en zona de montaña y destaca en él, el Monasterio románico de San Pedro de Siresa. Muy próximo al monasterio estaba nuestro albergue, que nos daría cobijo para los siguientes tres días que teníamos por delante. 




A continuación el resumen de actividades:

Segunda ruta: Ascensión al Castillo de Acher

Saludos

miércoles, 17 de julio de 2013

A vueltas con el Almanzor

-Tipo de recorrido: Lineal
- Desnivel acumulado: 1100 m
- Distancia: 20 km
- Dificultad: moderada

Si, de nuevo el Almanzor. Ese oscuro objeto de deseo que nos ha traído de cabeza esta temporada, por fin ha decidido dejarnos hacer la foto junto a la cruz que lo corona, aunque no como hubiéramos querido: con nieve hasta la bandera y en invierno. Pero, como se dice por ahí, menos da una piedra, aunque un montón bien colocaditas una encima de otra dan, en este caso, toda una montaña que da gusto ascenderla en la época que sea.
Puestos a ser originales, esta vez decidimos abrir boca con un vivac por la zona de Hoyos que nos evitara el preceptivo madrugón para salir desde los madriles, así que, ni cortos ni perezosos, Maranta, Taber y un servidor, pusimos rumbo a Gredos a eso de las diez de la noche para plantar nuestras posaderas, y nuestros sacos de dormir, en las aun verdes praderas que bordean la carretera de subida a la plataforma.


A la mañana siguiente, un nutritivo desayuno en Hoyos y manos a la obra.
No es cuestión de repetir una ruta de ascenso que mil y una veces contada en foros, guías y conversaciones de montañeros. La cosa no ha variado mucho desde la última vez: la subida a los Barrerones siguen siendo igual de odiosa, tanto a la ida como a la vuelta; la laguna grande tan hermosa como siempre y el camino igual de trillado, incluso nos cruzamos con más gente de la que podríamos esperar en un día entre semana.


Esta vez por no haber, no hubo ni parada en el refugio a la ida. Directamente enfilamos hacia el camino de subida a la portilla del crampón con un sol que amenazaba con sacarnos hasta la última gota de sudor que nos quedara dentro. Por suerte, el impresionante invierno que hemos tenido este año y a no menos impresionante primavera, han hecho que los neveros de las partes altas sigan soltando agua a borbotones por cada hueco de la montaña, lo que nos permitió ir rellenando cantimploras sin mayor problema hasta casi la misma portilla.
La única dificultad de la subida la representó el gran nevero que aun quedaba desde la parte media de la canal y que, dado el pestoso estado de la nieve, nos obligó a calzarnos los crampones para evitar sustos. Una vez arriba, todo seco hasta la trepada a cumbre.


Pero como este año viene siendo costumbre, no hay ruta sin agua, así que nada más comenzar a trepar empezó un ligero chispeo con acompañamiento de unos poco tranquilizadores truenos. Sin pensarlo mucho, nos encaramamos a la cima encabezados por Taber con el tiempo justo para hacernos unas fotos mientras notábamos con auténtico canguelo como se nos erizaban los pelos de los brazos debido a la estática del ambiente.
Algo más tranquilos regresamos a la portilla para iniciar la delicada bajada del nevero mientras la lluvia hacía acto de presencia para refrescar el ambiente y, de paso a nosotros durante gran parte de la bajada al Elola, a donde llegamos deseando sacar el bocata que la tormenta nos impidió tomar en la cumbre.


Con la hora un poco justa, retomamos el camino con parada en la fuente de los Barrerones para echar un último vistazo a la Laguna grande mientras el sol, cada vez más bajo, se ocultaba pausadamente tras las cumbres del Circo de Gredos y nos invitaba a regresar para cumplir con otra cuenta pendiente: la integral del Circo.

¡¡¡Nos vemos en Gredos!!!