jueves, 25 de octubre de 2012

Ha llegado el otoño (Del Chorro de Navafría al mirador de Navalcollado)

- Dificultad: fácil
- Desnivel: 650 m
- Distancia: 12.5 km
- Tipo de camino: pista asfaltada y de tierra

De vez en cuando no está mal echar un poco el freno y retomar otra manera de salir a la montaña más parecida a como lo hacíamos todos cuando empezamos en esto de trotar por el campo: un poco más tranquilos y sin intentar batir records o subir tantas cimas como quepan en las horas del día….,  pero solo de vez en cuando. Y que mejor época que el otoño para dar bucólicos paseos por los pinares y hayedos que salpican la sierra, aprovechar para hacer fotos sin ir con la lengua fuera y, si se tercia, intentar adivinar más mal que bien y guía en mano, los nombres de todo bicho viviente que se nos cruce por medio.


Algunos por razones de fuerza mayor y otros porque nunca dejaron de ver la montaña de esa otra manera, nos encaminamos el domingo pasado a descubrir uno de esos rincones que hasta el momento habíamos dejado abandonados por aquello de que los caminos que lo recorren merecen tal nombre y los desniveles no te provocan taquicardias, a no ser que los hagas tres veces y a matacaballo.


Con todo esto en mente y tras un primer intento fallido la semana anterior, partimos confiados en el “optimista” pronóstico de los muchachos del AEMET con intención de recorrer los pinares segovianos de Navafría hasta el mirador de Navalcollado partiendo desde el área recreativa del Chorro. Una vez allí nos dimos cuenta de que la fina lluvia que lo empapaba todo no parecía presagiar nada bueno pero, como esta vez no traíamos ruta de repuesto, decidimos liarnos la manta a la cabeza y tirar para adelante hasta donde el día nos dejara.


Creo que hacía tiempo que no me alegraba tanto de mojarme en una ruta como en esta. Seguro que un día soleado hubiera tenido su gracia pero, sin la niebla, la humedad y la lluvia que nos acompañó durante toda la jornada, no hubiéramos disfrutado de ese onírico ambientillo, más propio de los  cuentos de hadas centroeuropeos que de la reseca sierra que todos recordamos del verano pasado. Así, entre frondosos helechos, setas alucinógenas y comentarios surrealistas tan propios de nuestro peculiar grupo montañero, recorrimos la suave pendiente que une los refugios del Peñón, la Fragua, Regajohondo y Navalcollado hasta alcanzar el mirador del mismo nombre, desde el que no nos quedó más remedio que imaginarnos las vistas del valle, que a esas alturas ya estaba totalmente cubierto por una espesa capa de niebla. Y es que todo no se puede tener en esta vida....


Después de un trago de agua y un puñado de quicos, regresamos por otra pista parando un buen rato en el puente del Chorro para echar unas cuantas fotos a las pequeñas cascadas que allí desembocan, mientras nuestras mentes emprendía ya el camino de vuelta, más pendientes de las cervezas que nos esperaban en el pueblo de Navafría que de tan pintoresca estampa.


Con la modorra propia de un domingo por la tarde de vuelta a la gran ciudad y mientras nuestras mentes soñaban de nuevo con desniveles imposibles, jornadas interminables y subir tantos picos como quepan en las horas de un día, los caprichos meteorológicos nos despidieron con unas “alucinógenas” vistas del cerro de San Pedro navegando sobre un mar de nubes que parecían recordarnos que lo más espectacular está en muchas ocasiones donde menos te lo esperas, incluso a ras de suelo.


Saludos a todos. Nos vemos en nuestra próxima ruta otoñal....

2 comentarios:

  1. Gran ruta, grandes fotos, gran crónica... y por supuesto la compañía. Nos vemos en Navidades!!

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  2. Como me han gustado las fotos!!
    Y menuda cronica... dan ganas de haber estado alli.

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