lunes, 13 de diciembre de 2010

Retorno a la Buitrera

"Que por mayo era por mayo, cuando hace la calor...", así comienza el Romance del Prisionero. Pero no era mayo, sino el 11 de diciembre y no hacía nada nada nada de frío cuando nos juntamos Pablo, Jesús, Eva, Maranta, Dani, David y yo con unas ganas locas de salir por la sierra para disfrutar de nuevo de la abundante nieve que había caído una semanita atrás..., ¡¡pero ya no quedaba casi nada!! Con gran pesar comprobamos los efectos que han tenido las abundantes lluvias y la desproporcionada subida de las temperaturas de los días previos (quién lo habría dicho hacía apenas siete días).

De LA BUITRERA


No obstante, pronto nos repusimos del disgusto y nos dispusimos a disfrutar del buen día que teníamos en ciernes. Con nieve o sin ella, una buena ruta por la sierra en grata compañía siempre depara grandes momentos. Ese día teníamos que regresar pronto a Madrid y habíamos decidido hacer una ruta cortita y fácil: la Buitrera desde la ermita de Hontanares. Algunos ya habíamos estado por allí este verano, pero no nos importaba repetir pues nos pareció una ruta muy entretenida. Así pues, tras dejar los coches en la ermita iniciamos la marcha por el sendero que sube por el hayedo hacia el pico Merino. Y bien que sube el camino, menudas rampas intensas nada más empezar para ir calentando motores desde el comienzo. Enseguida dejamos atrás el hayedo y encaramos unos riscos de trepada fácil muy interesantes y de nuestro gusto.

Ya en la cuerda, nos dirigimos hacia el Cerro Gordo sin prisa, pero sin pausa, disfrutando de unas magníficas vistas de los amplios alrededores. Jesús y yo preferimos ir saltando por los riscos del borde de la crestita que da al este, y también nos quitamos un poco la espinita pisando algo de la escasísima nieve que aún quedaba en las umbrías más recónditas. La buena temperatura reinante, sin nada de viento, y las intensas rampas que llevan a la Buitrera nos hicieron sudar más de lo previsto, pero lo estábamos pasando de maravilla.

De LA BUITRERA

Llegamos a la cima de la Buitrera con muy buena hora y nos regocijamos con las viandas que traíamos en las mochilas, contemplando el agreste paisaje hacia el oeste que lleva hasta el macizo del Pico del Lobo y los valles hacia el sur que dan al hayedo de Tejera Negra, ya desprovisto de su colorido glamour en estas fechas tardías.

Poco después iniciamos el regreso por el mismo camino que habíamos traído a la ida y en algo menos de dos hora ya estábamos de vuelta en los coches, camino de Riaza para rehidratarnos de los sudores del día con unas cervecitas en jarras heladas...

Esta vez ha tocado una ruta facilita, entretenida, bonita y muy tranquila, de las que apetece de vez en cuando para salir a disfrutar del buen tiempo y de la compañía de los amigos.

Un xaludote





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