miércoles, 23 de mayo de 2012

Integral de La Puebla de la Sierra

Distancia: 30 km
Denivel acumulado: 2000 m
Tiempo empleado: 10 h

Había una vez dos montañeros llamados Pablo y Táber que tenían que hacer unas pruebas físicas oficiales para vaya Vd. a saber qué historias raras en que se querían meter. Como deseaban estar en buena forma para dicha prueba, decidieron con muy buen criterio aprovechar la fiesta de S. Isidro para salir al monte a hacer una ruta de entrenamiento. La cosa prometía ser interesante, con porrón de kilómetros y de metros de desnivel, por lo que Jesús y Paco, dos montañeros gustosos de las rutas que suponen un buen reto para las piernas, decidieron acompañarles voluntariamente. Finalmente también se apuntó a la fiesta otro Pablo, un amigo de Táber que quería experimentar en carnes propias las consecuencias de hacer una ruta de tal envergadura..., y sobrevivir en el intento.

De Integral La Puebla

En montañismo el término "integral" nada tiene que ver con las matemáticas, sino que más bien se refiere al hecho de patearse a base de bien todos los picos que la vista es capaz de abarcar alrededor de un lugar dado (o sea, se mire por donde se mire, una bestialidad de ruta casi siempre). Dicho lugar suele ser donde comienza y termina la ruta y en esta ocasión se trataba de La Puebla de la Sierra, conocida población en la zona sur de la Sierra de Ayllón.

De Integral La Puebla

Serían algo más de las 10 de la mañana cuando comenzamos a andar, eso sí, tras haber realizado el segundo desayuno de rigor para aprovisionar fuerzas en el bar de la plaza del pueblo. Siguiendo el camino junto al arroyo de la Puebla en dirección sur, fuimos avanzando hasta conectar con el GR.88 que va por la ladera de la Sierra de la Puebla. Nuestra intención era recorrer las cimas de todos los picos de dicha sierra, así que pronto dejamos el GR y atacamos la ladera directamente por una senda que subía entre pinos y piornos hasta llegar a la cuerda. Desde allí arriba las vistas de todo el valle eran espectaculares y aprovechamos para tomar un bocado y tomar conciencia de que después de casi dos horas andando y sudando todavía no habíamos hecho practicamente nada de la integral.

De Integral La Puebla
Nos encaminamos en dirección noreste por la cuerda y llegamos al pico de la Centenera, eterno pendiente del grupo que por fin caía en la saca. Tras una (algo menos que) alocada bajada en dirección norte llegamos a una sucesión interminable de pequeñas subidas y bajadas por un cresterío de pizarra y nos pusimos a risquear con gran entusiasmo como cabras hasta llegar practicamente al pico de la Tornera, en cuya cima paramos para comer. Ni qué decir tiene que nos estaba haciendo un día de sol fabuloso refrescado por una suave y agradable brisa que nos acompañó durante casi toda la jornada (y menos mal porque en toda la cuerda no hay protección alguna frente al sol ni posibles fuentes para rellenar las cantimploras en caso de hacer demasiado calor).

De Integral La Puebla

Desde la Tornera el camino discurría bastante menos accidentado por la cuerda hacia el Collado Llano primero y el Collado de las Palomas después, así que pudimos avanzar con más rapidez y recuperamos buena parte del tiempo empleado en el cresterío. A estas alturas la piernas ya empezaba a acusar cualquier subidita por pequeña que fuera pero continuamos la marcha alegres, contentos y felices hasta el Porrejón, sabedores de que ya quedaba menos para terminar. En la cima del Porrejón nos encontramos con las dos únicas personas de toda la ruta. Se trataba de dos radioaficionados probando una laaaaarga antena de onda corta. Nosotros seguimos adelante hasta el Puerto de la Puebla..., y más allá aún, hacia la Peña la Cabra. Cada cual como pudo (unos mejor y otros no tanto después de tanta paliza) fuimos llegando a la cima y contemplamos con gran estupor hasta donde abarcaba la vista todo el camino que habíamos recorrido ya desde que empezamos por la mañana (qué lejos parecía eso).

De Integral La Puebla

Pero aún no habíamos terminado y, a pesar de que algunos queríamos morirnos allí mismo, teniamos que seguir adelante y eso hicimos. Aunque parezca increible, en vez de bajar directamente al pueblo (que lo teníamos allí mismo frente a nuestros ojos) fuimos en dirección sureste con intención de seguir con la integral hasta sus últimas consecuencias. A esas alturas uno activa el piloto automático y se pierde la noción del espacio y el tiempo, así que no sabría decir si llegamos al Cerro de las Cabezas o incluso al Cerro Larda cuando ya decidimos por unanimidad que se nos estaba haciendo demasiado tarde si queríamos volver al pueblo con algo de sol. Así que optamos por pillar un cortafuegos primero, luego un bosque de pinos y después una pedrera, todo para abajo directamente, hasta llegar por fin, ahora sí que sí, a La Puebla. Como hacía ya bastante que habíamos agotado el agua que llevábamos, recibimos con gran regocijo y satisfacción las jarras de cerveza y demás bebidas que nos tomamos en el mismo bar que por la mañana, más de diez horas antes. Ni qué decir tiene que llegamos a Madrid pasadas las once de la noche, con el cuerpo pidiendo a gritos una cama para dormir y sin una puñetera pizca de ganas de currar al dia siguiente...

De Integral La Puebla

En resumen y para terminar, sólo decir que cualquier ruta que suene a "integral de algo" promete el dudoso disfrute de una buena palicilla seguido de varios días ni en pena ni en gloria hasta volver a la normalidad. He dicho.

De Integral La Puebla

Un xaludote

1 comentario:

  1. Un reportaje muy bueno, de gran trabajo. Felicidades.
    La hice un par de veces, hace años, pero siempre partí desde el Puerto de la Puebla, con dirección al Tornera y Centenera, pasando por el Pinhierro y Peña Vieja (desde la que se otea muy bien el pico Ocejón); luego ataqué la Peña de la Cabra desde los prados del fondo del circo, desde La Puebla. Regresé por el agradable paseo que desde su cima hay y atraviesa el collado de las Palomas para llegar, tras diez horas y media, al punto de partida. Entonces no había un lugar tan bueno como hay ahora para estacionar, aunque escaso, pero bueno. Creo que la volveré a hacer nuevamente pues con vuestra marcha se motiva uno más todavía. Otra muy buena es la que sube desde Montejo, pasado el puente del hayedo, ya en Guadalajara, al cerro Santuy (o Santui) y al Pico del Lobo y Cebollera, regresando casi por el mismo lugar al punto de partida o por los cerros que descienden hacia el hayedo. Otra genial y muy relajada, siempre que se disponga de dos coches, es desde el Puerto de la Puebla visitar la Peña de la Cabra y regresar retrocediendo hasta un espolón anterior desde el cual se divisa todo un cordal que va en dirección a Buitrago de Lozoya; ésta es muy cómoda y grata marcha de descenso entretenido y largo…
    Salud, Libertad y Montaña. d:D´

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