domingo, 15 de agosto de 2010

Pirineos (II) - Balaitus

El domingo se toca diana a las 6 y las 7 y pico…a por el Balaitus.

A diferencia de ayer, ganamos altura desde el primer paso. Pablo, Manu y los hitos nos guían. La temperatura nos acompaña pero los cuádriceps de David no. Intenta subir para, al menos, ver la grieta que da paso (?) a la cima. Finalmente opta por no forzar más. Antes de darse la vuelta, presta parte de su material de escalada a Eva. Este detalle resultó ser imprescindible.
Un par de neveros antes de llegar a la grieta nos obligan a usar los crampones. ¡¡¡Por fin los estreno!!! Hasta saqué el piolet y, por supuesto, me hice un par de sietes en el pantalón.
El cursillo acelerado impartido Manu y Pablo a Eva y a mí fue muy útil. Pero la montaña es implacable y sacó el primer síntoma serio de debilidad de Eva. También fue el último porque, junto con Manu y Pablo, alcanzó la base de la grieta.

Yo, desde una cómoda posición, vería como los tres "puntitos" -amarillos, blancos, rojos y naranjas – superaban, en una larga hora, la puñetera grieta.
Mientras me entretenía con mis nuevas suelas afiladas, estos chicos cresteaban hasta la cima del Balaitus, ya fuera de mi vista.
La espera se me hizo pesada, pero cuando el cielo se cubrió, empezó a tronar y agranizar…me puse de los nervios. El verlos en lo alto de la grieta me calmó un poco, pero el tiempo que tardaron en hacer los cinco rápeles se me hizo eterno. Y el cielo dale que te pego. Estaba preocupado. Cuando finalizaron la bajada de la grieta, en un punto oculto a mi alcance, se tuvieron que enfrentar a una bajada casi vertical de nieve traicionera. Y ahí, Pablo se acordó del piolet que dejó en el maletero.
Finalmente, llegaron a mi altura. Ahí se disiparon todas mis dudas. Estaban bien.
La bajada se les hizo pesada. Pero la fuerza que les dio haber superado el reto les salía por la orejas.

Llegamos al refugio. Cervecita…pero sin David, que ya había iniciado la vuelta a los coches. También este tramo se hizo pesado, pero con los pies en automático pudimos disfrutar y despedirnos del generoso paisaje. A las 8 y pico llegamos al aparcamiento…¡¡¡Pablo, Manu y Eva llevaban 13 horas casi sin parar!!!

Al llegar al camping, y dado que estaba lloviendo, decidimos cenar en el restaurante del mismo, de menú a 12 euros. La mayor de las dudas: ¿CÓMO COÑO TIENEN LA DESVERGÜENZA DE COBRARNOS OTROS 12 EUROS POR UNA JARRA DE CERVEZA DE LITRO Y MEDIO?
Luego dudamos entre ducharnos antes de acostarnos o después de levantarnos. Al final hicimos justo lo contrario a lo que hablamos…no teníamos fuerzas para demasiada coherencia.
Noche de intensa lluvia, con truenos y relámpagos. Pero amaneció calmado y el suelo no estaba encharcado. Esto nos permitió desmontar las tiendas sin dificultad.

Tras consultar en la recepción del camping, tiramos para el "outlet" de Barrabés en Huesca. Y ahí se acabaron nuestras dudas: BARRABÉS ES UN TIMO, HASTA DE OFERTA.

Última reunión de grupo en un área de servicio al salir de Zaragoza. Hamburguesa doble con queso, patatas fritas, tres salsas y bebida carbonatada. Había que recuperar.
Antes de terminar -y con todo el cariño al resto de compañeros del foro- se te echó en falta, Tío Paco. SIN DUDA."





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