Con intención de empezar a disfrutar de todas esas maravillas lo antes posible, partimos Jesús y un servidor el sábado 22 sin tener muy claro como estaban las condiciones de nieve por la zona pero con un estupendo pronóstico de frío intenso y sol casi primaveral.
Nada más pasar el puerto de Menga ya nos dimos cuenta que por nieve no iba a quedar la cosa pues todo el cordal, desde la Mira hasta Cinco Lagunas, aparecía teñido de una estupenda capa de “blanco nuclear”. Sobre las 9:45 comenzamos caminar desde la plataforma por el “archiconocido” y no menos congelado camino de los barrerones a donde llegamos sin ninguna novedad pero acompañados por un viento gélido que cortaba como una cuchilla.
Al abrigo de las paredes del circo, llegamos al pie de la laguna Grande que en esta ocasión estaba tan congelada que se podía cruzar de cabo a rabo como si de un suelo de parquet se tratara.
En principio nuestra intención era no complicarnos demasiado así que elegimos subir las canales del lado Noroeste del Morezón, que previamente habíamos visto en el blog de “Bailando con Sarrios”. El problema surgió al percatarnos de que en esta ocasión no había tanta nieve y la entrada a las canales no era tan evidente como traíamos en mente. Tras descartar la canal de la Mina por estar totalmente impracticable, nos dirigimos hacia la izquierda de esta, hasta dar con una pala de nieve que parecía algo más evidente. Una vez superado un gran resalte de roca cubierta de nieve y hielo fuimos a parar a un rellano que cruzaba en diagonal con salida tanto por la derecha como por la izquierda.
De Plataforma - Laguna Grande - Canales hasta el Morezón |
Sin tener muy claro por donde iba la cosa, decidimos probar por la parte de la derecha que finalmente resulto que cortaba en diagonal la canal de la mina. Justo en la parte en que ambas coincidían comenzamos a girar hacia la izquierda para no pasarnos la vertical de la cima, creyendo que finalmente saldríamos al cordal que sube desde la loma del Cuento. A estas alturas de la mañana el sol ya comenzaba a pegar con fuerza lo que, unido a una zona de nieve más blanda, nos hizo sudar de lo lindo prácticamente hasta el final.
El último cuarto de subida nos obligó a poner algo más de atención a lo que hacíamos tanto por el aumento de la pendiente como por la dureza de la nieve, pero fue sin lugar a dudas la parte más espectacular y divertida de toda la subida.
Para sorpresa nuestra, al enfilar la última rampa nos percatamos de que habíamos salido prácticamente en línea recta hasta la cima, en lugar de hacia la zona izquierda como creíamos desde el principio.
De nuevo congelados por el frío viento que venía del norte pero contentos por el buen rato pasado, perdimos el tiempo justo en hacernos un par de fotos y decidir nuestro próximo objetivo en la zona: el Casquerazo por la portilla de los Machos.
Satisfechos y con la ansiedad del que se queda con ganas de más, encaminamos nuestros pasos hacia el cerro de la Cagarruta y el Refugio del Rey, donde finalmente pudimos parar a comer algo. Desde allí no quedaba más que seguir bajando en un agradable paseo hasta la plataforma, a donde llegamos sobre las 16:30. Para rematar, cervecitas y pinchos de tortilla en Hoyos del Espino.
Preciosas fotos, como os lo tuvisteis que pasar, se me han puesto los dientes largos..
ResponderEliminarun saludo