- Desnivel acumulado: 1250m
- Distancia: 18 Km
- Tiempo empleado: 7 horas (+ o -)
Esta en concreto podríamos calificarla de ruta “rarita” y no demasiado agradable, por diversas circunstancias: entre ellas el hecho de que la ruta se ajustara bastante poco a lo que habíamos leído en la guía, el calor que nos pegó de plano durante todo el recorrido y los desagradables efectos de una reciente resaca, al menos en dos de los participantes, y una indigestión en el otro.
De San Esteban del Valle - Collado Boqueron - Torozo |
De Torozo |
Tras dejar el coche al lado de la iglesia, el primer tramo de la ruta transcurre tranquilamente por carretera y pista de tierra sin mayor dificultad. Es una vez alcanzado el final de la pista donde comienzan las complicaciones. El libro ya advertía de la ausencia de senda y de la necesidad de orientarse a “ojímetro” para enfilar correctamente la subida, por lo que a ese respecto íbamos más o menos concienciados. En lo que se equivocaba de plano la guía era en calificar como “matorral bajo” (o algo por el estilo) a lo que resultaron ser unos piornos del tamaño de un abedul y que, no solo no nos permitían orientarnos ni lo más mínimo si no que se tupían de tal modo que avanzar un par de metros se convertía en un auténtico calvario. Tras una hora de sudar la gota gorda, maldecir como carreteros y acordarnos de los parientes del autor del libro, decidimos no hacer ni puñetero caso a la guía y girar directamente hasta el arrollo que baja desde el collado del Boquerón, para lo que aún tuvimos que pegarnos otro buen rato con los mencionados piornos y curtirnos la piel con una buena ración de zarzas.
De Torozo |
Una vez alcanzado el arrollo, fuimos bordeando el mismo como pudimos hasta alcanzar una traza de senda que al poco rato se juntaba con una tubería que, al menos en este tramo, supuso un auténtico alivio.
Un poco más arriba la traza de la senda se pierde y, aunque hay algún hito que otro, decidimos meternos directamente en el cauce del arroyo dejando a nuestra derecha unas espectaculares vistas de un par de cordadas que escalaban en el risco del Tío Pasito. Así, entre grandes bloques de piedra y un sol de justicia encaramos esta parte de la ruta que, aunque es la más empinada, tampoco presentó más dificultad que el ir sorteando rocas por donde mejor se pudiera. Una vez en el collado, se enlaza con el camino normal que viene desde el puerto de Serranillos y que te deja en la cumbre del Torozo sin mayor dificultad.
De Torozo |
Para la bajada, más de lo mismo. Enfilamos en dirección a la Atalaya y Piedra Caballera por terreno más o menos cómodo pero sin camino visible. Un poco más abajo comienza a verse la carretera por la que se sube a la ida. Tomando esta como referencia, comenzamos a bajar saltando alguna que otra valla e intentando, sin éxito, evitar los nuevos piornales que salían a nuestro paso hasta alcanzar unos pinares en la parte baja que finalmente dan paso a la carretera.
En resumen, una ruta que termina por hacerse más dura de lo esperado, tanto física como mentalmente, debido a la falta de sendas, al calor y al montón de rectificaciones y marchas atrás que tuvimos que dar pero que merece la pena por la soledad de los parajes que se atraviesa y por las vistas espectaculares sobre el risco del Tío Pasito y la vertiente sur de Gredos. Pese a todo, con un poco de espíritu aventurero, es sin duda una opción mucho más interesante que las rutas habituales al Torozo.
De San Esteban del Valle - Collado Boqueron - Torozo |
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Que bueno, la de veces que me acordé en aquella ruta del escritor del libro, que no se la había pateado ni por asomo.
ResponderEliminarQue recuerdos de mi pelo largo, donde estará...
Marcos